A raíz de a crisis del Covid-19 se ha subrayado mucho la resiliencia de lo sostenible, ¿los bonos verdes lo han hecho mejor que los no-verdes? En el actual entorno de mercado, cuando hay salidas fuertes de bonos tradicionales, los bonos verdes sufren las mismas salidas. En cuanto a sus características financieras (estructura, riesgo y […]
A raíz de a crisis del Covid-19 se ha subrayado mucho la resiliencia de lo sostenible, ¿los bonos verdes lo han hecho mejor que los no-verdes?
En el actual entorno de mercado, cuando hay salidas fuertes de bonos tradicionales, los bonos verdes sufren las mismas salidas. En cuanto a sus características financieras (estructura, riesgo y rendimientos), los bonos verdes son similares a los bonos tradicionales; la principal diferencia radica en la asignación de los ingresos. Es importante recordar que en mercados como el actual, los precios no son necesariamente una medida fiable del sentimiento de mercado. Los flujos son más importantes, y en este momento, la mayoría de las carteras y gestores de bonos verdes se aferran a los bonos de sus carteras. De hecho, los flujos y la demanda están aumentando en lugar de disminuir. Recientemente lanzamos un fondo de bonos verdes corporativos; ya estábamos evaluando las diferencias de rentabilidad entre bonos verdes corporativos y bonos corporativos tradicionales, antes de la crisis. Aunque no es una comparación perfecta, si comparamos el índice de bonos verdes corporativos con el índice corporativo no verde, vemos que las empresas verdes han estado funcionando un poco mejor. Los emisores de bonos verdes también tienden a estar mejor preparados para tiempos inciertos, son más progresistas y a menudo están mejor administrados que las empresas que no emiten bonos verdes.
¿En qué se basan para determinar el universo inversor del fondo? ¿Llevan a cabo valoraciones propias o las realizan en base a datos de proveedores externos?
Para nosotros es muy importante llevar nuestro propio análisis y tenemos un equipo dedicado a eso. La estrategia de bonos verdes de NN IP aplica un estricto proceso de selección para evitar el “greenwashing”. Esto garantiza que se seleccionen bonos que financien proyectos que contribuyan positivamente y cuyo impacto sea medible y que sean emitidos por empresas que están verdaderamente comprometidas con la sostenibilidad. Como resultado, rechazamos alrededor del 17% del total de bonos verdes, llegando así a un universo de bonos verde oscuro. Una vez que hemos definido nuestro universo, podemos ser selectivos y tener una visión de alta convicción sobre los candidatos de inversión desde una perspectiva fundamental. Esto nos permite construir carteras más diversificadas y menos concentradas y orientarnos a aquellos bonos con los mejores perfiles de rentabilidad-riesgo.
¿Tienen en cartera deuda de compañías españolas?
No es extraño ver nombres españoles en nuestras carteras; por ejemplo, nombres como Red Eléctrica e Iberdrola contribuyen positivamente a nuestras cifras de capacidad de energía renovable añadida (MW) que presentamos en nuestro informe de impacto mensual.
El fondo se creó en 2016, ¿qué impacto ha logrado la estrategia desde entonces en términos medioambientales?
Todos los bonos de la cartera son verdaderamente verdes y tienen un impacto positivo en la mitigación del cambio climático. Los beneficios de muchos bonos verdes se utilizan para la energía alternativa, por lo tanto, la exposición a energía asequible y limpia (ODS 7) es alta. El transporte bajo en carbono y los edificios verdes son las siguientes dos grandes categorías entre nuestras posiciones, que contribuyen significativamente al ODS 11 (ciudades y comunidades sostenibles). Para medir el impacto de nuestras carteras realizamos un seguimiento del ahorro de CO2 por cada millón invertido. A junio de 2020, el fondo NN (L) Green Bond ha logrado evitar 511 toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero al año por cada millón de euros invertido.
Esto equivale a las emisiones medias anuales de 204 turismos.
¿Por qué decidieron lanzar esta estrategia pero con una duración más corta en el NN (L) Green Bond Short Duration?
Nuestro fondo de bonos verdes de duración corta sigue la misma estrategia y principios de inversión que nuestro fondo NN (L) Green Bond existente, pero con una duración inferior a dos años. En los últimos años, muchos gestores de activos han lanzado fondos de bonos verdes, todos los cuales tienen una sensibilidad a tipos de interés de al menos cinco años. Por lo tanto, creemos que este nuevo fondo está en una posición única. Es ideal para aquellos inversores que quieran proteger su cartera contra subidas de tipos a la vez que actúan con urgencia sobre el cambio climático.
Además de bonos verdes, se ha comenzado a hablar mucho de bonos sociales, de bonos de transición energética… ¿El hecho de que su definición aún no sea tan clara como la de los bonos verdes aumenta el riesgo de greenwashing?
Cuando se trata de otro tipo de emisiones, es cierto que el número de distintos tipos de bonos y etiquetas ASG está creciendo rápidamente. Esto ha abierto la puerta a emisores con actividades menos verdes y somos de la opinión que esto da acceso a emisores con intenciones “equivocadas” y aumenta el riesgo de greenwashing. Somos escépticos sobre los bonos vinculados a la sostenibilidad y, por ejemplo, bonos de transición energética.
No favorecemos los bonos de transición. Creemos por definición que un bono verde ya es un bono de transición.
Además, la etiqueta de bonos de transición también abre potencialmente la puerta a sectores, empresas o actividades que queremos que desaparezcan por completo ya que no nos ayuda a alcanzar los objetivos climáticos que se formularon en París 2015.
Tampoco favorecemos los bonos vinculados a la sostenibilidad o a los ODS. No hay transparencia, trazabilidad e informes sobre los ingresos. Existen 17 ODS con 169 metas. Probablemente todas las empresas del mundo pueden demostrar que están progresando en uno de estos 169 objetivos. Una vez más, el riesgo de greenwashing es alto.
En general, el concepto de uso de los beneficios es el que preferimos. No creemos que los bonos verdes u otros bonos etiquetados sean una clase de activos diferente. Tienen las mismas características financieras y estatus legal que los bonos tradicionales.