El Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del Banco Central Europeo (BCE) del mes de mayo publicado este miércoles, revela que la guerra entre Rusia y Ucrania aumenta los riegos para la estabilidad financiera de la zona euro. Y es que si los mecanismos financieros del viejo continente ya se han visto en aprietos ante la […]
El Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del Banco Central Europeo (BCE) del mes de mayo publicado este miércoles, revela que la guerra entre Rusia y Ucrania aumenta los riegos para la estabilidad financiera de la zona euro.
Y es que si los mecanismos financieros del viejo continente ya se han visto en aprietos ante la llegada de la pandemia Covid-19 y actual cambio de política hacia el endurecimiento monetario, lo cierto es que la invasión de Putin en Ucrania ha complicado el contexto para las finanzas del bloque.
Así, la principal razón que empeora la situación para nuestras finanzas es que esta invasión provoca una subida de los precios de la energía y de las materias primas y aumenta así los riesgos para la inflación y el crecimiento de la zona del euro.
Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, ha señalado que “la terrible guerra en Ucrania ha provocado un inmenso sufrimiento humano”, para añadir que "también ha aumentado los riesgos para la estabilidad financiera por su impacto en prácticamente todos los aspectos de la actividad económica y las condiciones de financiación”.
Y es que aunque el texto del banco central reconoce que la reacción del mercado a la invasión rusa de Ucrania ha sido en gran medida ordenada, también insiste en que los precios de las materias primas y la energía se han mantenido elevados y volátiles, lo que ha provocado cierta tensión en los mercados de derivados de estos productos.
Así, y siempre según ha señalado BCE en su comunicado, a pesar de los recientes ajustes, algunos activos siguen corriendo el riesgo de sufrir nuevas correcciones en caso de que las perspectivas de crecimiento se debiliten aún más y/o de que la inflación resulte ser significativamente mayor de lo previsto.
Para el regulador, las vulnerabilidades pueden aumentar debido a la incierta trayectoria de la guerra entre Rusia y Ucrania y a las cambiantes expectativas de normalización de las políticas en las economías avanzadas.
Además, matiza que otros posibles acontecimientos mundiales, como un resurgimiento más amplio de la pandemia del coronavirus (COVID-19), la debilidad de las principales economías de mercado emergentes o una desaceleración más acusada de la actividad económica china, también podrían afectar a los riesgos para el crecimiento y la inflación.
Otro de los puntos que destaca el informe es que las empresas no financieras de la zona del euro se enfrentan a los retos derivados del aumento de los precios de los insumos y de unas perspectivas económicas más turbias. “Esto podría aumentar los impagos de las empresas, especialmente en el caso de las empresas y los sectores que aún no se han recuperado totalmente de la pandemia. Además, las empresas muy endeudadas y las que tienen una menor calificación crediticia pueden tener dificultades con el endurecimiento de las condiciones de financiación”, concretan desde el BCE.
Por su parte, los precios de la vivienda en la zona euro han seguido subiendo y el crecimiento de los préstamos hipotecarios se ha acelerado, aunque la extensión generalizada de las hipotecas a tipo fijo debería proteger a muchos prestatarios de la subida de los tipos de interés a corto plazo
Las perspectivas de rentabilidad de los bancos europeos han vuelto a debilitarse, tras una fuerte recuperación en 2021, señala el BCE.
Y es que tal y como señalan, el impacto potencial del aumento de los precios de la energía, el incremento de la inflación y el debilitamiento del crecimiento podrían hacer que se materialicen los riesgos de calidad de los activos.
Al mismo tiempo, recalca la entidad que solo unos pocos bancos tienen una exposición directa significativa a Rusia y Ucrania, y un reciente análisis de vulnerabilidad realizado por el BCE indica que el sistema bancario de la zona del euro debería seguir siendo resistente incluso en escenarios económicos muy adversos.
El informe destaca también que se han producido importantes flujos desde fondos de inversión que gestionan carteras de bonos corporativos hacia fondos que gestionan exposiciones a bonos soberanos, así como desde fondos de renta variable de crecimiento hacia fondos de renta variable de valor. “Hasta ahora, estos cambios no han sido sistémicamente perturbadores, pero el sector sigue siendo vulnerable debido a su baja liquidez, su alto riesgo de duración y su elevada exposición a bonos emitidos por empresas débiles. Algunos fondos también se enfrentan a riesgos adicionales por el excesivo apalancamiento en derivados o por las inversiones en criptoactivos”, insiste el BCE.
El banco central del viejo continente comenta que la resistencia del sistema financiero se beneficiaría de un marco de amortiguación de capital más eficaz.
Así, y como ha propuesto recientemente el BCE, se hacen necesarios unos colchones más elevados que puedan liberarse en periodos de tensión mejorarían la capacidad de los bancos para absorber las pérdidas y mantener los préstamos. Por otra parte, el BCE también hace hincapié en que debe reforzarse la regulación para hacer frente a los riesgos del sector financiero no bancario, derivados, por ejemplo, de los desajustes de liquidez, el apalancamiento o las prácticas de márgenes.