Si la ESG o inversión en sostenibilidad está dejando claro que va de la mano de la rentabilidad, la inversión de impacto también se está imponiendo con el fin de apostar por proyectos que hagan de este mundo un lugar mejor y gracias a nuestras inversiones. Hablamos sobre ello con Alejandro de León, CEO de […]
Si la ESG o inversión en sostenibilidad está dejando claro que va de la mano de la rentabilidad, la inversión de impacto también se está imponiendo con el fin de apostar por proyectos que hagan de este mundo un lugar mejor y gracias a nuestras inversiones. Hablamos sobre ello con Alejandro de León, CEO de Microwd.
Microwd es un grupo de inversores que creen que el futuro va a ser mejor que el presente y por eso invierten en un futuro mejor. Buscan básicamente dos cosas: por un lado rentabilidad económica, pues nosotros intentamos batir a la bolsa en base a la rentabilidad, y por otro lado un impacto social.
Hemos dado 8.000 créditos ya y hemos apoyado 8.000 negocios de mujeres en la base de la pirámide en Latinoamérica, pero no podemos hablar solo de este apoyo sino que además hemos ayudado a crear 20.000 puestos de trabajo con estos 8.000 créditos.
A mí me surge la idea a nivel personal porque la realidad es que tenemos una gran oportunidad de hacer las coas bien. Es decir, ahora conseguimos una cosa que en cinco años no se podía y es que haciendo cinco clics en Google, puedes generar un impacto social brutal invirtiendo 1.000 euros.
Y es que aunque la media de inversión en Microwd es de unos 4.000 euros, tenemos inversores que han invertido esa cantidad y cuando le digo que han ayudado a 70familias, se quedan sorprendidos. Es una inversión pequeña comparada con el impacto que estás generando por lo que, esta oportunidad que la tecnología nos brinda quería aprovecharla y por ello monté esta empresa.
Montamos Microwd en 2015, ahí hicimos la primera transacción, aunque antes de eso yo estuve unos años estudiando que las mujeres repagaban, que el precio tenía sentido a nivel operativo etc.
En primer lugar nosotros damos créditos a mujeres porque estadísticamente repgan más que los hombres, pero no solo eso, sino que a nivel impacto social, las mujeres generan mucho más impacto social que los hombres.
Uniendo estas dos cosas donde las mujeres y sus proyectos son mucho más rentables como inversión y a impacto socia que generan, las llamamos “mujeres extraordinarias”.
Nosotros buscamos mujeres que el primer año quieran una vaca pero que el segundo quieran cuatro, con ambición. Nos ha cambiado mucho el concepto de la ambición, porque la ambición mucha veces en Europa mucha gente la ve con recelo, pero de repente llegas a Latinoamérica y todo el mundo te habla de ambición, y de crecer, y ese es el tipo de mujeres que buscamos, mujeres empresarias que quieran crecer constantemente y así generar un impacto, no solo en ellas mismas y en su familia sino también en la comunidad.
Nosotros siempre hemos querido mirar cara a cara a la bolsa y al inmobiliario. Al final yo creo que si quieres convencer a los grandes capitales de que diversifiquen su cartera debe ser así. Nadie está diciendo que inviertas el 50% de tu patrimonio en Microwd, sino que diversifiques tu cartera en inversión alternativa.
Siempre hemos mirado cara a cara este tipo de inversión porque hemos pensando que si quieres convencer al gran capital de que invierta en este tipo de empresas no tienes que hacerlo a través de la compasión, sino de la rentabilidad. Los grandes cambios de la historia de la humanidad se han llevado a cabo porque se han visto que tenían una sostenibilidad económica
Por otro lado además y enlazándolo con el proyecto de ‘mujeres emprendedoras extraordinarias’, sería un poco cínico buscar mujeres extraordinarias en Latinoamérica y luego llegar aquí y vender compasión. Lo que hacemos es buscar excelencia allí y llegamos a España y vendemos excelencia.
Lo mejor que podemos hacer es que la mujer se dedique a su negocio y de esa manera el inversor también va a ganar. Y cada no tiene su visión, pero nosotros creemos que la inversión de impacto, si queremos que crezca y tener un tamaño mundial relevante, tiene que batir a la bolsa y al inmobiliario, o por lo menos compararse con ellos, y por ello apostamos para que el inversor diversifique.
Yo creo que el reto es que nos deje de dar pena la mujer pobre en Latinoamérica. La mujer pobre en Latinoamérica está mucho mejor que hace 100 años, eso para empezar, y que hace 10 años y también que hace uno.
Y por otro lado es que también es un sentimiento un poco raro el de tener pena entre unos seres humanos y otros, lo que hay que tener es claramente empatía. Pero por otro lado es que hay unas opciones de comerciar con ella, nosotros siempre les decimos hay un inversor en España que tiene cara y ojos, y piensa que cuanto mejor repagues tú el crédito, más vas a impactar en toda tu comunidad.
La experiencia con Microwd es buenísima por eso yo les animaría a que invirtieran. La inversión de media en Microwd multiplica por dos la cantidad que se invierte en un principio, por lo que mi recomendación sería que lo prueben, pero no solo a Microwd, sino en las mil cosas que hay ahora, y no solo de impacto social, sino también de economía real.
Vivíamos en un mundo donde solo el 1% más rico podía invertir y de repente vivimos en un mundo donde se puede invertir con 10 euros por crowdfunding. Entonces, si conseguimos alinear toda esta inversión alternativa, incluyendo la inversión de impacto, con los intereses del inversor y la rentabilidad, tendremos más oportunidaes.
“El destino del cruce euro-dólar va a depender mucho de la evolución del Covid”
El COVID-19 ha supuesto un frenazo en el alcance de los objetivos ODS
“Todos los inversores están comprometidos, solo hay que ofrecerles alternativas”