El precio del barril de Brent se ha ido en 2022 a máximos de los últimos ocho años y ha sido uno de los principales incitadores de la elevada inflación. Sin embargo, y para desgracia de los bancos centrales y de los bolsillos de los consumidores, el precio seguirá siendo alto en 2023. Ahora, los […]
El precio del barril de Brent se ha ido en 2022 a máximos de los últimos ocho años y ha sido uno de los principales incitadores de la elevada inflación. Sin embargo, y para desgracia de los bancos centrales y de los bolsillos de los consumidores, el precio seguirá siendo alto en 2023. Ahora, los principales analistas esperan un escenario con el Brent por encima de los 90 dólares durante los próximos doce meses, a pesar de la posible recesión.
El principal organismo mundial en materia energética, la EIA (Agencia Internacional de la Energía) espera que el crudo Brent promedie los 93 dólares por barril en el cuarto trimestre de 2022 y los 95 dólares en 2023. “Las posibles interrupciones en el suministro de petróleo y un crecimiento de la producción de petróleo crudo más lento de lo esperado podrían conducir a una mayor alza de los precios del petróleo, mientras que la posibilidad de un crecimiento económico más lento de lo previsto puede contribuir a precios más bajos”, señalan en el último informe publicado.
Por otro lado, la encuesta de Reuters a los principales economistas y analistas del mundo coincide con la visión anterior, aunque es todavía más pesimista. Según este estudio, el barril rondará los 101,10 dólares este año y los 95,74 dólares en 2023, por encima de las estimaciones de 100,45 dólares y 93,70 dólares respectivamente del mes de septiembre.
Goldman Sachs, por su parte, también sitúa al Brent por encima de los 100 dólares para finales de este año. El banco ha elevado este mes su previsión de precios del Brent para 2022 a 104 dólares por barril, y para 2023 a 110 dólares por barril, ya que espera que el recorte de la producción de 2 millones de bpd por parte de los productores de la OPEP+ sea "muy alcista" para los precios.
En este punto, no hay que olvidar la sorprendente decisión de la OPEP+, que decidió recortar en 2 millones de barriles diarios la producción para regresar a niveles pre-bélicos. Así las cosas, habría que observar si la producción es suficiente para suplir la demanda, ya que muchos países han visto mermar sus reservas este año.
“Tal decisión parece difícil de justificar en lo fundamental. En efecto, la situación de la oferta en el mercado del petróleo se ha relajado últimamente, pero el almacenamiento en las partes visibles, incluidas América del Norte y Europa, sigue estando por debajo de lo normal. El trascendental desvío de la cadena de suministro de petróleo de Rusia de Europa a Asia ha causado menos pérdidas de las que se temían, la producción de petróleo de esquisto está en auge y la demanda está estancada. El mercado del petróleo no sufre un excedente. Los precios actuales del petróleo están por encima de su ancla a largo plazo”, comentan desde Julius Baer.