Actualmente, los inversores en bonos que tratan de gestionar su rentabilidad/riesgo de manera satisfactoria se enfrentan a difíciles elecciones. Los activos innovadores pueden potencialmente mejorar el perfil rentabilidad-riesgo de una cartera de bonos, según Laure Peyranne, Head of ETFs Iberia, LatAm & US Offshore. ¿Qué son los bonos de capital AT1? Los bonos AT1 son […]
Actualmente, los inversores en bonos que tratan de gestionar su rentabilidad/riesgo de manera satisfactoria se enfrentan a difíciles elecciones. Los activos innovadores pueden potencialmente mejorar el perfil rentabilidad-riesgo de una cartera de bonos, según Laure Peyranne, Head of ETFs Iberia, LatAm & US Offshore.
Los bonos AT1 son emitidos por bancos europeos con fines reglamentarios. Dado que tienen un orden de prelación inferior en la estructura de capital, los AT1 ofrecen una rentabilidad mayor que los valores de deuda preferente del mismo emisor, pero también presentan una complejidad y un perfil de riesgo más elevados que podría no ser adecuado a todos los tipos de inversores. Los AT1 se denominan bonos amortizables, lo que significa que tienen un riesgo de tipos de interés relativamente bajo. Estos valores «híbridos» resultan cada vez más atractivos para los inversores institucionales que tratan de obtener una rentabilidad y ya alcanzan una capitalización de mercado de más de 213.000 millones de USD. Los AT1 denominados en USD constituyen la parte más profunda y líquida de este grupo de activos.
La mayor rentabilidad que pueden ofrecer estos bonos se debe exclusivamente a su subordinación en la estructura de capital del inversor y no a la calidad crediticia del banco, dado que la mayoría cuentan con una calificación de grado de inversión (IG). En tiempos de tensión, la volatilidad de los AT1 aumenta más que en el caso de los bonos considerados «libres de riesgo». Sin embargo, estos valores mantienen una baja correlación con bonos tradicionales como la deuda pública y el crédito con grado de inversión. Por consiguiente, los AT1 pueden ser una herramienta de diversificación útil.
El mercado de bonos AT1 resulta particularmente idóneo para un enfoque de gestión pasiva. Cuando estos instrumentos se introdujeron por primera vez tras la crisis financiera mundial, los gestores activos fueron capaces de sacar partido de su carácter innovador y del número relativamente reducido de participantes. Sin embargo, a medida que el mercado ha ido evolucionando y ha aumentado la confianza y los conocimientos de los inversores, el mercado de AT1 se ha ido haciendo más homogéneo, con menos diferencias entre emisiones. Como resultado, las rentabilidades de los fondos AT1 de gestión activa y de los ETFs de AT1 y un coste competitivo mantienen una correlación elevada. Para obtener exposición a la clase de activos AT1, la exposición a beta es por consiguiente la más sensible. Sin embargo, debido a la naturaleza convertible de los AT1, que se consideran una inversión compleja, y que se encuentran en el extremo de mayor riesgo del espectro de bonos, es importante crear un índice adaptado que ofrezca exposición diversificada y líquida. Se pueden aplicar factores ESG y filtros de exclusión.
A pesar de que sus potenciales ventajas estructurales (liquidez, coste competitivo, reequilibrio, diversificación) convierten a los ETFs en herramientas inherentemente útiles, algunos ETFs de bonos resultan perfectamente adecuados para cumplir objetivos concretos. Los ETFs AT1 se pueden utilizar en un enfoque «core-satellite». Al añadir una clase de activos más rentable a posiciones centrales («core») sobre las que es posible que el inversor carezca de los conocimientos técnicos necesarios para seleccionar posiciones individuales, el uso de estos ETFs como inversiones satélites («satellite») permite aprovechar su potencial de mejorar el perfil rentabilidad-riesgo. En general, los ETFs de bonos ofrecen al inversor final la potencial posibilidad de tomar sus propias decisiones de asignación de activos, en función de sus opiniones y tolerancia al riesgo, sin tener que depender de un gestor activo para identificar oportunidades e implementar nuevas asignaciones, manteniéndose al mismo tiempo dentro de sus propios límites de riesgo.