Los aniversarios suelen ser una buena ocasión para hacer balance. A mí me gusta, en según qué fechas redondas, recordar qué pasó tal día como ese hace unos años y ver qué ha cambiado. Hace unos días celebramos los cinco años del nacimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, y […]
Los aniversarios suelen ser una buena ocasión para hacer balance. A mí me gusta, en según qué fechas redondas, recordar qué pasó tal día como ese hace unos años y ver qué ha cambiado. Hace unos días celebramos los cinco años del nacimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, y del Acuerdo Climático de París en la COP21.
Venimos de unos años turbulentos: en 2015 vivimos una ola de terrorismo fundamentalista de la que el tiroteo en el semanario francés Charlie Ebdo ha quedado como referente. El precio del petróleo se desplomó alcanzando mínimos de 34,7€. Se firmó el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) entre EEUU, Japón, Canadá, México, Perú y Chile, para tratar de contrarrestar el poderío económico de China. Trump se postuló como candidato republicano a la presidencia de los EEUU. Estalló el escándalo de emisiones de Volkswagen que marcó un antes y un después no sólo para la compañía o la industria, sino para el análisis del gobierno corporativo y las buenas prácticas de las empresas a la hora de invertir. Y Uber alcanzó los 50 Bn $ de capitalización bursátil, poniendo de manifiesto, incluso para los más negacionistas, el efecto transformador de la digitalización y el nuevo mundo que plantea el Big Data.
Cinco años después estamos ante la posible reelección de Trump como presidente estadounidense. Durante este mandato ha retirado a su país del TPP y llevado a cabo una campaña proteccionista contra China sin precedentes. El precio del petróleo, aunque ha recuperado su valor en ciertos periodos, mantiene la tendencia bajista y pese a que sigue representando el 35% del consumo mundial, las energías renovables van creciendo a ritmos espectaculares contando además con el apoyo de la mayor parte de países desarrollados.
La uberización de la economía es un hecho: la conectividad nos ha abierto un mundo nuevo de oportunidades, ha permitido que multitud de compañías sigamos manteniendo el ritmo de trabajo y de interconexión global en una pandemia y la deflación que ha traído consigo ha hecho que la diferenciación del servicio sea cada vez más crítica para el éxito de los negocios a largo plazo.
La conciencia social por la importancia de dar respuesta a los retos planteados por los ODS y el cambio climático es patente en todas las industrias y hábitos de vida: las búsquedas de términos relacionados con la sostenibilidad en Google han subido en torno a un 600% a nivel global. El número de entidades adheridas a los Principios de Inversión Responsable (PRI) de la ONU se ha duplicado pasando a ser más de 3.000 entidades. Los activos invertidos con criterios sostenibles han aumentado en un 40% y el número de fondos de inversión con algún tipo de etiqueta sostenible se ha disparado.
Ban Ki Moon, Secretario General de la ONU cuando se establecieron los ODS afirmó: “Nuestro mundo se enfrenta a muchos desafíos, pero nunca olviden: es una era de grandes oportunidades”. Sin duda los ODS son una respuesta a los desafíos a los que nos enfrentamos llenos de grandes oportunidades y así nos lo han demostrado estos cinco años.