La desaceleración del gigante asiático aumenta, aunque parece que Estados Unidos está tocando fondo, y la recuperación en la Zona Euro se amplía y poco a poco Japón se recupera. Tras un débil primer trimestre, la recuperación de la actividad al otro lado del Atlántico apunta a un incremento moderado del PIB para el segundo […]
Dirigentes Digital
| 08 jul 2015
La desaceleración del gigante asiático aumenta, aunque parece que Estados Unidos está tocando fondo, y la recuperación en la Zona Euro se amplía y poco a poco Japón se recupera. Tras un débil primer trimestre, la recuperación de la actividad al otro lado del Atlántico apunta a un incremento moderado del PIB para el segundo semestre, pero no todos los datos acompañan…
Mientras tanto, Europa gana tracción y "podría lograr tasas de crecimiento anteriores a la crisis para 2016, pero las divergencias regionales siguen siendo grandes", añade David A. Meier, economista de Julius Baer. "La crisis de Grecia es un riesgo a la baja para el euro, pero no hay riesgo de contagio en la recuperación cíclica de la región", afirma tajante.
Su compañera, Susan Joho, por su parte, explica, hablando de China, que "las reformas y el desapalancamiento en el sector financiero han llevado a una desaceleración del crecimiento económico (…) las política fiscales y monetarias han ayudado un poco para estabilizar las condiciones económicas, pero es probable que tengan que implementar más para alcanzar el objetivo de mejora del PIB del 7% este año". El impulso reformista sigue siendo elevado, sobre todo en lo que respecta a la liberalización y la regulación financiera y la consolidación de empresas estatales, reconoce, pero "el crecimiento se desacelerará aún más este año, ya que llevará un tiempo considerable hasta que se implementen las reformas y empiecen a dar sus frutos".
Al temor a un "aterrizaje forzoso" de la economía del gigante asiático, se suma ahora el miedo al crash de su Bolsa. Desde los máximos de principios de junio se ha desplomado un 30% y día tras día acumula importantes pérdidas, a pesar de las medidas tomadas por las autoridades chinas para atajar la sangría (tipos a la baja, recortes en el coeficiente de caja, más crédito oficial, prohibir colocaciones nuevas de papel, etc.). La cuestión es que muchos inversores han invertido a crédito y están sufriendo graves minusvalías, y esto podría traer consigo perversos efecto sobre la economía del país… Asimismo, si China no es capaz de estabilizar al mercado, este factor de incertidumbre podría trasladarse al resto.
Una renta variable occidental tambaleante ya ante el devenir de los acontecimiento en Grecia, con inversores y expertos expectantes ante una situación inédita, cuyas consecuencias no son capaces de entrever en medio de los incesantes cruces de declaraciones y rumores entre Atenas y los acreedores.
De momento, tenemos "claro" que este miércoles el Ejecutivo heleno ha presentado una solicitud formal de asistencia financiera al ESM (Mecanismo Europeo de Estabilidad o MEDE) y el Eurogrupo celebrará una conferencia telefónica sobre la misma (si se produce). Como muy tarde el jueves, Grecia presentará un conjunto preciso y completo de medidas para el nuevo programa, es decir, para los próximos tres años. Entre el viernes y el sábado, se llevará una evaluación técnica de las propuestas y, el domingo, los líderes de la Unión Europea (UE) al completo decidirán si son un buen punto de partida para negociar.
Barclays reitera su idea de que "la salida del euro es el escenario más probable", pues considera que un acuerdo es "extremadamente difícil". Primero, por el fuerte rechazo de los ciudadanos helenos a los ajustes; y, segundo, porque un "pacto" mejorado para Grecia sería difícil de vender tanto en Alemania como en España.
Sin embargo, la firma británica también cree que el Grexit puede ser evitado. En los próximos días esperan grandes "trastornos económicos y financieros" (falta de efectivo, incumplimientos con el BCE, insolvencia de la banca si se cierra la liquidez de emergencia…) y esto podría desembocar en una crisis de Gobierno ante la presión y el descontento social. "Un Ejecutivo más moderado podría retomar las negociaciones, aunque desde un punto de partida mucho más deteriorado, con el país ya en mora", reconocen.
Así, prevén que el contagio probablemente aumente y, aunque la exposición de Europa a Grecia es considerable (3,5% del PIB) también es manejable. "La principal preocupación sigue siendo la extensión de los movimientos actuales de aversión al riesgo (debilidad del euro y aumento de los diferenciales periféricos…)", y es que, no descartan que "el contagio se incremente si la situación empeora en Atenas". Con todo, destacan el papel de "primera línea de defensa" del programa de compras de deuda (QE) del Banco Central Europeo (BCE).
Por su parte, Laura Sarlo, analista senior de deuda soberana de Loomis Sayles (gestora filial de Natixis Global AM), otorga una probabilidad del 25% a un acuerdo antes del vencimiento de los bonos con la autoridad monetaria de la Zona Euro (20 de julio); un 15% al Grexit; y un 60% al descontrol (donde estamos ahora).
"Los mercados siguen teniendo mucha fe en el BCE, pero éste no quiere ser el árbitro final sobre Grecia, quiere contener la caída, pero está limitado por su normativa, la jurisdicción y la voluntad política de la UE (…) Atenas alejándose del euro es peor que un Grexit limpio" y esta experta ve más probable "un proceso farragoso y tambaleante en el que la relación del país con la moneda única va desintegrándose".
Mientras tanto, Russ Koesterich, responsable de estrategias de Inversión para BlackRock, afirma que "aunque es probable que el mercado siga experimentando ventas a medida que los inversores sigan asimilando la caótica situación en Grecia, la política monetaria del BCE (que sigue siendo acomodaticia) y los bajos rendimientos de los bonos deberían mitigar la envergadura de cualquier corrección".