Después de una carrera de casi 40 años en distintos puestos del gobierno, la justicia y la banca, Jerome Powell es la elección de Donald Trump para convertirse en el decimosexto presidente de la Reserva Federal. Tras la ratificación por parte del Senado el pasado martes con 84 votos a favor y 13 en contra, Powell ha jurado […]
Dirigentes Digital
| 05 feb 2018
Después de una carrera de casi 40 años en distintos puestos del gobierno, la justicia y la banca, Jerome Powell es la elección de Donald Trump para convertirse en el decimosexto presidente de la Reserva Federal. Tras la ratificación por parte del Senado el pasado martes con 84 votos a favor y 13 en contra, Powell ha jurado el cargo este lunes después de que Janet Yellen le cediera el testigo. Desde que Donald Trump llegara a la Casa Blanca los rumores sobre la no renovación de un segundo mandato al frente de la Fed de Janet Yellen no hicieron sino aumentar. Muchos republicanos querían que se reemplazara a la demócrata. Y Trump, a pesar de que la ha elogiado en varias ocasiones, se ha decantado por cambiar de manos las riendas del Banco Central de Estados Unidos, tomando así una de las decisiones más importantes de su presidencia, porque de Powell dependerá parte del devenir económico del país. Jerome Powell, de 64 años, a quien se le conoce con el sobrenombre de “Jay”, es descrito por sus allegados como un hombre “irritantemente normal” y “aburrido” al que le gusta tocar la guitarra. Entre sus deportes favoritos, el golf y montar en bicicleta. Al parecer, a menudo recorre en bici los casi 13 kilómetros que hay desde su casa en Maryland a la sede de la Reserva Federal en Washington DC. Apenas bebe y se prepara todas las reuniones concienzudamente, a las que llega con grandes carpetas llenas de documentos. Jay no es ajeno a la Reserva Federal ya que ha servido como miembro de la Junta de Gobernadores de la Fed durante los últimos cinco años desde que el presidente Barack Obama lo nominase para el cargo en 2012. En sus primeros años como profesional trabajó como abogado. Además ha formado parte del gobierno siendo subsecretario del Tesoro bajo el mandato del presidente George H.W. Bush, con responsabilidad en las políticas sobre las instituciones financieras, el mercado de deuda del Tesoro y otras áreas relacionadas. En cuanto a la empresa privada, Powell ha pasado por el banco de inversión Dillon, Read & Co., donde entró a trabajar en 1984 y llegó incluso a la vicepresidencia del mismo. Estuvo también en Bankers Trust. Y entre 1997 y 2005 fue socio de The Carlyle Group. Jay también fundó Severn Capital Partners, una firma de inversión privada centrada en el sector industrial. En 2008 se convirtió en socio de la compañía de capital riesgo Global Environment Fund, dedicada a inversiones en energía sostenible. Además del servicio en juntas corporativas, el señor Powell ha formado parte de las juntas directivas de instituciones benéficas y educativas, incluido el Centro de Finanzas de Bendheim en la Universidad de Princeton y The Nature Conservancy de Washington, D.C. y Maryland. Entre 2010 y 2012 formó parte del think tank denominado Bipartisan Policy Center, donde colaboró en las negociaciones para alzar el techo de deuda del gobierno en 2011. En su currículum no hay que olvidar que ayudó a investigar el escándalo de bonos del Tesoro de la ex casa comercial de Wall Street ‘Salomon Brothers’ después de que uno de sus traders hubiese estado presentando ofertas falsas en un intento de comprar más bonos del tesoro de lo permitido manipulando así el mercado. A raíz de esto, Jay también jugó un papel fundamental en llevar a Warren Buffett a la presidencia de ‘Salomon Brothers’.
LA ELECCIÓN DE CONSENSO
La experiencia de Jerome Powell en el seno de la autoridad monetaria estadounidense, su capacidad de construir consensos y su perfil austero y poco dado a los protagonismos le hacen una elección adecuada para la mayoría. “Al haber estado en la Reserva Federal, la gente lo conoce. No lo ven como un adversario de fuera que viene con una agenda”, explica Jim Caron, administrador de cartera de renta fija de Morgan Stanley Investment Management.
A Wall Street le gusta Jerome Powell por su reputación de ser pesimista en política monetaria, al menos para ser republicano. Powell nunca ha disentido de ninguna decisión desde que se convirtió en gobernador en mayo de 2012, concordando con Janet Yellen en elevar los tipos de interés cuatro veces en cinco años.
Parece que Donald Trump apuesta por él para que no suba demasiado los tipos de interés, “y el mercado bursátil está planeando tipos bajos por mucho tiempo o incluso para siempre”, explica Diane Swonk, CEO de DS Economics, “aunque debido a las condiciones económicas creo que podría haber hasta cuatro alzas el próximo año”, sigue Swonk.
Gracias a su trabajo en el sector financiero y en el Departamento del Tesoro, es más cercano a Wall Street y está abierto a hablar sobre relajar la regulación bancaria como quiere Donald Trump. El presidente estadounidense cree que el Gobierno Obama tras la crisis del 2008 apretó a los bancos en su regulación y, según él, esto ha afectado al crédito y en consecuencia al crecimiento económico. “Powell es un pragmático en lo que respecta a la regulación”, explica Michelle Meyer, jefa de economía de banca de inversión de Bank of America.
Los expertos esperan que su mandato en la Fed sea de “continuidad y gradualidad”. Para muchos, el discurso de Powell no difiere excesivamente del de Yellen. Los mercados han llegado a calificar a Powell como “la versión republicana” de Janet Yellen. “Es muy probable que establezca la continuidad de la política monetaria”, dice Roberto Perli, socio de Cornerstone Macro LLC y exfuncionario de la Fed.
Para Paul Donovan, economista jefe global de la oficina de inversiones de UBS, “Powell y Yellen serían una continuidad competente”. “Sospechamos que una Fed liderada por Powell no sería muy distinta de una Fed dirigida por Yellen y, por lo tanto, representaría una continuidad de política para los mercados”, según explica Peter Hooper, economista jefe de Deutsche Bank.
POSIBLE DEVENIR
A pesar de no tener un doctorado en economía, “Powell tiene credenciales republicanas, conoce bien el consejo y el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), y comprende muy bien la economía monetaria”, según Hooper, por tanto, parece ser la mejor elección para presidir la Reserva Federal. Jerome Powell considera que el papel de la Reserva Federal debe ser el de supervisar la economía influyendo lo menos posible en los movimientos de los mercados y se ha mostrado abierto a dar más concesiones a los bancos.
A partir de este momento, el máximo responsable de la Reserva Federal tendrá que hacer frente a la reducción del balance de la Fed, que asciende a 4,5 billones de dólares, una cuantía sin precedentes. El objetivo establecido por la Junta de Gobernadores es reducirlo hasta los 2,5 o 3 billones de dólares a razón de hasta 30.000 millones de dólares al mes. Un aspecto con el que ya se trabaja y se espera que Powell al frente de la Fed siga haciéndolo. En el caso de los tipos de interés, se inclina por una normalización gradual de la política monetaria y la reducción de la hoja de balance mientras la economía siga evolucionando de forma favorable.
En lo que respecta a la inflación, esperará a que todavía aumente para lograr el objetivo planteado del 2%, con el cual se encuentra ampliamente comprometido. Aunque los datos aún están lejos de esa cifra. La medida de inflación de la Fed se desplomó del 1,9% al 1,3% entre enero y agosto de 2017, incluso cuando la creación de empleo continuó y la tasa de desempleo cayó. Los números de septiembre llegaron al 1,6%, aún por debajo del objetivo del 2% de la Reserva Federal.
Sobre el crecimiento económico, el desempleo y los salarios, el nominado dijo en junio que espera “una fuerte creación de empleo y un endurecimiento de los mercados laborales que presionarían los salarios o provocaría que las empresas inviertan más”. Actualmente el desempleo en Estados Unidos es del 4,1%, la tasa más baja desde principios de la década de 2000.
Por otra parte, Powell disiente sobre el uso de las reglas mecánicas para establecer una política monetaria, pues cree que ésta debería ser incluyente con otros métodos y decidirse con base en la percepción de una base amplia de variables económicas. Sus últimos discursos se han centrado en temas como la innovación financiera, perspectivas para mercados emergentes y la normalización de la economía global, la política de vivienda y el papel de los comités en grandes firmas financieras.
Para algunos analistas sus políticas dependerán también de quienes le rodeen. Según Diane Swonk, CEO de DS Economics, “Powell no puede avanzar mucho en la desregulación sin el apoyo de la Fed, y eso significa que las vacantes deberían cubrirse con vistas a la desregulación”. Se espera que delegue mucho en los economistas con peso específico en la Reserva Federal. Por tanto habría que esperar también a ver quienes cubren las vacantes de gobernadores de la Fed y quien será su vicepresidente.