El Ejecutivo heleno ha "ofertado" un acuerdo de dos años con el MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad) para cubrir completamente sus necesidades financieras y con una reestructuración de la deuda paralela. Mientras tanto, siguen sin conocerse los detalles de la propuesta enviada por el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, a Atenas, pero sí […]
Dirigentes Digital
| 30 jun 2015
El Ejecutivo heleno ha "ofertado" un acuerdo de dos años con el MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad) para cubrir completamente sus necesidades financieras y con una reestructuración de la deuda paralela. Mientras tanto, siguen sin conocerse los detalles de la propuesta enviada por el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, a Atenas, pero sí se sabe que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, debería aceptarla este martes, además de hacer campaña a favor del "sí" en el referéndum del domingo.
Tras la sangría del lunes, en los mercados se ha instalado una relativa "calma tensa": la renta variable del Viejo Continente finalmente no ha logrado la remontada y acaba en "rojo", mientras las tires de la deuda se reducen ligeramente. Con todo, cabe destacar que el diez años griego ha alcanzado rentabilidades del 15%, mientras que los ETF helenos cotizados en Estados Unidos se desplomaron un 20%.
Sin embargo, el movimiento que más llama la atención es el de "ida y vuelta" protagonizado por el euro. La moneda única ha llegado a cotizar en niveles de 1,12, aunque ahora se contrae hasta los 1,11 dólares, recuperando todo lo perdido durante el fin de semana. Renta 4 interpreta este comportamiento como "confianza en que el Banco Central Europeo (BCE) hará todo lo que sea necesario para garantizar su estabilidad".
En este sentido, la autoridad monetaria ha informado que en la última semana compró 11.681 millones de euros en deuda, por lo que el importe total desde que iniciase su programa de flexibilización cuantitativa (QE) asciende ya a 193.900 millones y supone una compra media diaria de 2.850 millones, en línea para cumplir objetivos (60.000 millones mensuales).
Aunque las filtraciones, rumorología y el cruce de declaraciones entre las autoridades helenas y los acreedores marcarán la pauta para los próximos días (con permiso el jueves del Informe de Empleo de junio de Estados Unidos), todas las cartas se juegan en la votación del domingo.
El mejor escenario es un "sí", encuestas elaboradas por varios medios locales apuntan a que tendría más apoyo (entre el 47% y el 57%) que el "no" (entre el 33% y el 29%). Una respuesta afirmativa convertiría "los recientes recortes en una buena oportunidad de compra, con la probable convocatoria de elecciones anticipadas y la reanudación de negociaciones más constructivas con un nuevo interlocutor. Veríamos subidas en renta variable y moderación de TIRes periféricas", afirman estos expertos.
Una negativa a las medidas de los acreedores traería más incertidumbre a corto plazo, pero, el consenso es que el contagio es limitado, gracias a los cortafuegos implementados desde 2012 (fundamentalmente el QE), a que la exposición a Grecia es limitada y a que se ha trabajado en atajar los desequilibros económicos y Europa está creciendo. Además, aunque es la amenaza principal, un "no" no tendría por qué implicar la salida de Grecia del euro, mientras que un empeoramiento de la situación llevaría finalmente al país a negociar con los acreedores.