Una menor confianza en la renta variable estadounidense y perspectivas de que el oro seguirá actuando de refugio ante las incertidumbres. Son dos de las principales conclusiones que se pueden sacar de las últimas inversiones del magnate George Soros, que en el primer trimestre del año redujo en más de un tercio su exposición a […]
Dirigentes Digital
| 17 may 2016
Una menor confianza en la renta variable estadounidense y perspectivas de que el oro seguirá actuando de refugio ante las incertidumbres. Son dos de las principales conclusiones que se pueden sacar de las últimas inversiones del magnate George Soros, que en el primer trimestre del año redujo en más de un tercio su exposición a Wall Street, aumentando el peso en el metal precioso a través de firmas como Barrick Gold o el fondo cotizado (ETF) SPDR Gold Trust.
En concreto, George Soros recortó en un 37% el valor de su participación en cotizadas estadounidenses, hasta los 3.500 millones de dólares a cierre del primer trimestre. Por otro lado, compró 264 millones de dólares en acciones de Barrick Gold, lo que supone un 1,7% del capital total de la compañía.
En su información ante el regulador, el magnate también advierte de los riesgos derivados de la economía de China, argumentando que el país se acerca peligrosamente a una situación de deuda similar a la que vivió EEUU durante 2007 y 2007, justo antes del estallido de la crisis financiera global. En sus últimas apariciones, Soros ya se mostraba del lado de quienes piensan que el ‘aterrizaje forzoso’ del gigante asiático es prácticamente inevitable.
En un periodo marcado por la volatilidad, Soros también decidió vender su participación en algunas compañías como Level 3 Communications, con un valor de unos 173 millones de dólares a 31 de diciembre, y Dow Chemical. También se deshizo de su participación en Endo International y Delta Air Lines.
Frente a la eliminación de posiciones de Soros, el gurú Warren Buffett ha puesto su dinero en marcha en las últimas semanas. Entre los movimientos más destacados se encuentra su entrada en Apple. Durante el primer trimestre, el Oráculo de se hizo con 9,8 millones de acciones de Apple, por un valor de unos 1.070 millones de dólares (944 millones de euros).
Pero esta compra se realizó antes de que el gigante tecnológico presentara sus últimos resultados, con una caída de las ventas que no gustó al mercado, y que ha provocado una depreciación en sus acciones del 11% desde que comenzó el año. Aún así, Buffett se muestra positivo con el sector tecnológico, tal y como demuestran sus inversiones durante el primer trimestre del año.
En el periodo, reforzó su posición en IBM, comprando cerca de 200.000 nuevas acciones del grupo. Una participación que el magnate ha ido incrementando desde su primera incursión en la compañía en 2011 y que, de momento, no le ha dado los resultados esperados, al cotizar la acción por debajo del precio de compra.
A través de Berkshire, Buffett también incrementó su participación en otras compañías como Visa, Deere & Co y Bank of New York Mellon durante el primer trimestre. Por el contrario, salió de AT&T y redujo su posición en el gigante minorista Wal-Mart Stores.