La banca británica está viviendo su particular vía crucis por la venta irregular de productos financieros que les está pasando una factura millonaria. La última víctima ha sido Barclays que ha tenido que provisionar 2.200 millones de libras en el último trimestre lastrando los resultados hasta unas pérdidas acumuladas en 2015 hasta 394 millones de […]
Dirigentes Digital
| 01 mar 2016
La banca británica está viviendo su particular vía crucis por la venta irregular de productos financieros que les está pasando una factura millonaria. La última víctima ha sido Barclays que ha tenido que provisionar 2.200 millones de libras en el último trimestre lastrando los resultados hasta unas pérdidas acumuladas en 2015 hasta 394 millones de pérdidas.
La situación es tan exigente que la entidad ha decidido reducir el dividendo a la mitad desde los 6,5 peniques por acción que repartió en 2015 a 3 peniques previsto para 2016 y 2017. Además, ha anunciado que saldrá del negocio de África en un plazo de dos a tres años para centrarse en la banca minorista en Reino Unido y en banca de inversión en Estados Unidos y Gran Bretaña. En el último año también ha renunciado a los negocios en Europa.
La justicia británica ha obligado al sector a compensar a los clientes afectados por los PPI, seguros en los créditos concedidos que fueron vendidos de manera abusiva. Durante todo el ejercicio, Barclays ha tenido un coste de 4.400 millones de libras.
Sin este impacto, el beneficio ordinario se ha situado en 2.696 millones de libras, un 3% inferior al año pasado. Los ingresos totales, excluyendo las reclamaciones de seguros, subieron un 1% hasta los 25.500 millones de libras.