Las pobres condiciones de la industria textil se convirtieron en centro de atención después de que el edificio Rana Plaza, en Bangladés, se derrumbara acabando con la vida de más de 1.100 trabajadores.H&M, que se sitúa segundo en ventas en el mundo detrás de la española Inditex, ha extendido sus inspecciones desde las fábricas en […]
Dirigentes Digital
| 10 abr 2015
Las pobres condiciones de la industria textil se convirtieron en centro de atención después de que el edificio Rana Plaza, en Bangladés, se derrumbara acabando con la vida de más de 1.100 trabajadores.H&M, que se sitúa segundo en ventas en el mundo detrás de la española Inditex, ha extendido sus inspecciones desde las fábricas en las que se hace la ropa hasta aquellas que suministran la tela y el hilo.
La gestora de sostenibilidad social de la compañía sueca, Hanna Hallin, aseguró en declaraciones a la agencia Reuters que su política de compras podría beneficiar a los subproveedores que cumplen con su código de conducta.
En su informe anual sobre sostenibilidad, publicado el jueves, H&M dijo que la proporción de la ropa que está fabricada de tela que proceda de fábricas auditadas podría aumentar hasta el 50 por ciento este año, desde el 35% que se registró el año pasado.
"Se trata de que ellos tengan un ambiente de trabajo seguro y de asegurar derechos humanos en lo que respecta a salarios y horas extraordinarias, por ejemplo, y de que no haya trabajo infantil", dijo Hanna.
"Haremos más pedidos y reservaremos más material con aquellos que sean responsables y donde veamos un desarrollo continuo", añadió. "Así, esta es nuestra herramienta de negocio para dirigir un desarrollo positivo. Por supuesto, supondrá una diferencia para los trabajadores".
H&M dijo que al contrario que los proveedores directos en la industria textil, muchos fábricas nunca han estado expuestas a demandas o normas de cumplimiento por las marcas, y que su desafío era instruirlas.