La crisis económica ha tenido en el mundo empresarial un sinfín de consecuencias, entre ellas un cambio sustancial en lo que a la relación entre empresas y trabajadores se refiere.
Las modificaciones en las condiciones laborales, el aumento de la demanda de empleo o la disminución de puestos de trabajo son algunas de las causas para la transformación de una relación que el profesor de Estrategia de Empresa de la Universitat Politécnica de Cataluña y Socio de Setesca, Jordi Damià, describe en torno a cinco puntos principales:
- Empleados-producto. La relación ha pasado de laboral a puramente mercantil. Una de las principales consecuencias de la crisis es la dificultad para crear vínculos emocionales con las empresas. La relación se ha vuelto estrictamente mercantil desde el momento en que tanto los empleados como las empresas saben que, con la actual legislación laboral, el contrato terminará en el mismo momento en que el empleado no sea lo suficientemente rentable.
- Realidad y objetivos. Ligado con lo anterior, Damià señala que la compañía debe ser sincera con los trabajadores en cuanto a la realidad existente, y no crear falsas expectativas. Explicar claramente que cuanto más beneficio produzca un empleado más perdurará la relación laboral ayudará a mejorar una relación que, aunque será igualmente mercantil, será al menos honesta.
- Habilidades para la competitividad. Por parte del empleado, entender que durará en la empresa tanto como beneficio neto respecto a su coste produzca le ayudará a clarificar su situación para encontrar y potenciar aquellas habilidades que lo diferencien y lo hagan más competitivo en la empresa.
- Comunicación.Del mismo modo, tendrá que conocer las técnicas para comunicar adecuadamente sus habilidades, ya que esta nueva situación donde todos los trabajadores potencialmente pasan a ser profesionales liberales puede suponer una oportunidad para quien sepa vender el beneficio o las ventajas que su contratación implica.
- Mejora continua. El nuevo modelo laboral permite, e incluso invita, a mantener varias relaciones laborales simultáneas y trabajar por proyectos en vez de por contratos, lo que permite aumentar los ingresos a costa de la temporalidad. Construir un perfil profesional en constante evolución y a la medida de cada proyecto constituirá un elemento fundamental de la nueva relación.