El estudio se centraba en las medidas adoptadas en cuatro ámbitos principales de preparación y respuesta a las brechas de seguridad: respuesta a los incidentes, inteligencia de contenido, inteligencia de análisis e inteligencia contra las amenazas. Los resultados revelan que las organizaciones siguen teniendo dificultades para adoptar tecnologías y mejores prácticas que les permitan detectar, […]
Dirigentes Digital
| 14 abr 2015
El estudio se centraba en las medidas adoptadas en cuatro ámbitos principales de preparación y respuesta a las brechas de seguridad: respuesta a los incidentes, inteligencia de contenido, inteligencia de análisis e inteligencia contra las amenazas. Los resultados revelan que las organizaciones siguen teniendo dificultades para adoptar tecnologías y mejores prácticas que les permitan detectar, responder y mitigar con mayor eficacia los ataques que se convierten en infracciones dañinas. La respuesta a los incidentes es un arma esencial que debe desarrollarse y perfeccionarse constantemente para poder hacer frente a la creciente actividad de los ciberataques con eficacia. Los resultados del estudio señalan que, si bien todos los miembros del SBIC están al día y han desarrollado un sistema de respuesta a los incidentes, el 30 % de las organizaciones no ponen en práctica planes de respuesta a incidentes formales. Además, el 57 % de las que sí cuentan con un plan admiten que nunca lo actualizan o revisan.
El apartado sobre inteligencia de contenido dentro del estudio valoraba el conocimiento obtenido a partir de las herramientas, la tecnología y los procesos aplicados para identificar y supervisar los activos críticos. Si bien todos los miembros del SBIC disponen de medios para recopilar datos y proporcionar alertas centralizadas, el 55 % de los encuestados carece de ellos y esto le impide detectar muchas amenazas.
La identificación de los falsos positivos sigue siendo difícil. Tan sólo el 50 % de los encuestados han puesto en práctica algún plan formal para identificarlos, mientras que más del 90% de los miembros del SBIC disponen de tecnologías de ciberseguridad automatizadas y de un proceso de actualización de la información para reducir las probabilidades de que se produzcan futuros incidentes. La mayoría de las organizaciones reconocen que la recopilación de registros básicos a través de sistemas SIEM tan sólo ofrece una visibilidad parcial de su entorno.
En el estudio general, el 72 % de los encuestados señalaron que disponían de acceso a herramientas de análisis forenses o malware. No obstante, sólo el 42% de ellos contaban con herramientas más sofisticadas de análisis forense de la red, incluida la captura de paquetes o el análisis del flujo de red. La inteligencia contra amenazas externas y la divulgación de información también son de vital importancia para que las organizaciones puedan mantenerse al corriente de las actuales tácticas y motivos de los atacantes. Los resultados revelan que tan sólo el 43% de los encuestados recurren a una fuente de inteligencia contra amenazas externas para complementar sus medidas.
Por último, los atacantes siguen aprovechando las vulnerabilidades conocidas y sin resolver en las infracciones dañinas. A pesar de que las organizaciones conocen este hecho, el estudio señala que el 40% de las organizaciones sigue sin poner en práctica un programa activo de gestión de la vulnerabilidad. Esto hace todavía más difícil que sus programas de seguridad se anticipen a los atacantes.
Según ha comentado Fidel Pérez, director comercial de RSA para España y Portugal, "las personas y los procesos son tan críticos como las tecnologías en lo relacionado con la respuesta a incidentes de seguridad. En primer lugar un equipo de operaciones de seguridad debe tener bien definidos sus roles y responsabilidades para evitar confusión en los momentos cruciales. Pero esto es tan importante como tener visibilidad y flujos de trabajo consistentes que permitan abordar las crisis de seguridad y mejorar los tiempos de respuesta para minimizar los daños en la organización".