Con el 51,52% de los votos, la presidenta Rousseff se gana el derecho a gobernar por otros cuatro años en un dividido Brasil que ha vivido con nervios y expectación las semanas previas al segundo turno de votación donde no estuvo la candidata socialista, Marina Silva, que tras proclamarse como la gran sorpresa de las […]
Dirigentes Digital
| 26 oct 2014
Con el 51,52% de los votos, la presidenta Rousseff se gana el derecho a gobernar por otros cuatro años en un dividido Brasil que ha vivido con nervios y expectación las semanas previas al segundo turno de votación donde no estuvo la candidata socialista, Marina Silva, que tras proclamarse como la gran sorpresa de las elecciones, fue rebasada a última hora por Neves.
El cómputo final ha respondido a las encuestas de las semanas previas a la segunda ronda, que anticipaban ganador de forma intermitente, según se cambiaba de encuestadora y prácticamente de día. Así, Rousseff aglutina el 51,52% de los votos de los brasileños, mientras que Aécio Néves se queda con el 48,48%, además de los 4,65% nulos y 1,73% en blanco de los algo más de 102 millones de votos.
La victoria en el rico estado de Minas Gerais, donde nació Rousseff y en el que Néves era gobernador hasta presentar su candidatura con el PSDB, desequilibró la balanza para la petista, quien perdió la batalla en el estado más rico del país, Sao Paulo, por un contundente 35-64% de los votos para Néves.
Tras darse a conocer el escrutinio de los votos, que reflejó el apoyo de más de 52 millones de brasileños a la presidenta Rousseff, ésta se mostró agradecida por el apoyo recibido en un escueto tweet difundido a través de su cuenta personal.
"Muchas gracias", rezaba la declaración junto al hashtag #Dilmais4anos (Dilma, cuatro años más), que acompañaba una foto de la recientemente reelecta haciendo el símbolo de la victoria.
Horas antes, tras votar en Porto Alegre, Rousseff reconoció que la campaña en su fase final había tenido "momentos lamentables" aunque opinó que dentro de las acusaciones vertidas por ambos candidatos hubo "oportunidad para el debate" electoral.
Por su lado, el ex mandatario brasileño, predecesor y padrino político de Rousseff, el influyente Lula da Silva, festejó la reelección de su compañera de partido, a la que ha defendido en las últimas semanas de la campaña del PSDB y de algunos medios conservadores, que la acusaban de varios delitos de corrupción.
Los medios, asimismo, destacaron el apretado resultado que no se veía en el país desde 1989, además del recorrido personal de Dilma Rousseff hasta la reelección y recordaron que en 2010, ella fue la elegida por el entonces mandatario da Silva para continuar con el proyecto del PT.
Tras una dura campaña en la que las acusaciones de corrupción volaron de uno a otro partido, comienza una nueva era para Brasil, marcada por la continuidad del proyecto de Lula da Silva, que prosiguió Rousseff durante su primera legislatura y que pese a las críticas de la oposición o de los mercados, ha rendido muchas victorias al país que día tras día se descuelga el eterno apellido de "en vías de desarrollo".