En plena crisis del país, Joaquim Levy ha presentado su dimisión. El economista estaba enfrentado con la presidenta Dilma Rousseff por la política de ajustes que planteaba.
La situación de Brasil se complica con la dimisión de Levy. El ex ministro ha sido el responsable de las últimas medidas del Gobierno para salir de la crisis. Es un economista independiente y respetado por los inversores. Los expertos habían aplaudido la política fiscal aplicada pero había provocado un enfrentamiento directo con la presidenta Dilma Rousseff, a la que había insinuado dimitir por los escándalos de corrupción.
En un comunicado de la Presidencia brasileña ha informado que
Nelson Barbosa sustituirá a Levy al frente del equipo económico. La crisis de Gobierno se produce en un momento en el que
Rousseff tendrá que superar un juicio político en el Congreso y en la misma semana en que la agencia calificadora de riesgo
Fitch le quitó a la deuda de Brasil el grado inversor, sello de buen pagador.
Barbosa dijo en sus primeras declaraciones tras su designación que "el mayor desafío es el desafío fiscal, cuya solución depende sólo del gobierno brasileño". "Sólo con estabilidad fiscal vamos a tener crecimiento sostenible", indicó, asegurando que va a mantener el ajuste.
Barbosa mantuvo previamente varios desencuentros con Levy sobre los objetivos fiscales para 2015 y 2016, período en que la economía brasileña tendrá su peor recesión en décadas, y había defendido la reducción de la meta de superávit primario para el año próximo.
Entre las ideas que este economista de confianza de Rousseff respaldó antes de su designación figura un aumento en las inversiones en infraestructura para impulsar la actividad.