Es tan válido para familias numerosas como para quienes disfrutan de su tiempo de ocio con actividades al aire libre que requieren trasladar objetos voluminosos, por ejemplo, bicicletas, tablas de windsurf, esquís o parapentes. El diseño característico de los monovolúmenes se ha refinado todo lo posible en el S-Max, para dar una apariencia atractiva a […]
Dirigentes Digital
| 08 jul 2015
Es tan válido para familias numerosas como para quienes disfrutan de su tiempo de ocio con actividades al aire libre que requieren trasladar objetos voluminosos, por ejemplo, bicicletas, tablas de windsurf, esquís o parapentes. El diseño característico de los monovolúmenes se ha refinado todo lo posible en el S-Max, para dar una apariencia atractiva a un vehículo que tiene un tacto de conducción similar al de un turismo. En ese plano estético destaca la nueva parrilla frontal, convertida en el sello de identidad de los modelos Ford más recientes.
Pero al margen de los detalles estilísticos, donde realmente encontramos novedades de más calado es en el equipamiento destinado a mejorar la seguridad y el confort de los pasajeros, con soluciones interesantes que todavía no abundan en este segmento de vehículos. Una de ellas es la incorporación de elementos que ya han sido estrenados en otros coches de la gama Ford, como es el caso de la práctica apertura automática del portón trasero, que si vamos con las manos ocupadas nos permite abrirlo simplemente pasando el pie por debajo.
También la conectividad, un asunto que ya resulta imprescindible para la gran mayoría de usuarios, da un paso adelante con el sistema SYNC 2, que se puede manejar bien a través de una intuitiva pantalla táctil en color de ocho pulgadas y alta resolución, o mediante indicaciones de voz en muchas de sus funciones.
Viajar protegido
En cuanto a seguridad, muchas son las aportaciones destacables y la actuación combinada de diversos sensores, radares y cámaras juega un papel relevante en este terreno. Resulta de especial utilidad la alerta de tráfico cruzado para salir de una zona de aparcamiento en línea, un mecanismo que nos avisa si hay objetos aproximándose por detrás y que no tenemos al alcance de la vista, situación muy común que causa no pocos accidentes. También se puede controlar lo que ocurre en un ángulo de 180 grados por delante del coche, gracias a una cámara frontal de visión partida. Así, en los cruces con mala visibilidad o al salir hacia delante de un aparcamiento en línea, es como si tuviéramos a alguien que nos echa una mano en la maniobra.
Y una importancia similar, sino mayor, tiene el dispositivo denominado Active City Stop, que llega a frenar automáticamente hasta una velocidad de 50 kilómetros por hora, para evitar una colisión o atropello o, en caso de producirse, que sus consecuencias sean mucho menos graves. Ésta es una aportación suplementaria al sistema de precolisión activa, que también se estrena y funciona en prácticamente todo el rango de velocidades, alertando al conductor del peligro y aplicando incluso los frenos si no detecta una reacción.
Por mencionar algún elemento más de la interminable lista de equipamiento relacionado con la seguridad está el asistente inteligente de velocidad que, combinado con el mecanismo de reconocimiento de señales y el de navegación, permite establecer una velocidad máxima según la limitación legal de la carretera. De esta forma podemos despreocuparnos de las multas por exceso de velocidad.
Y para garantizar tanto el confort como la seguridad, la tecnología de faros con iluminación adaptativa proyecta la luz de ángulos diferentes, en función del tráfico y de la vía. Ilumina más hacia los laterales cuando circulamos por zonas urbanizadas, busca el máximo alcance si la calzada está oscura y despejada o centra la luz en las cunetas al afrontar zonas de curvas.
Muy funcional
Como mencionábamos al principio, la modularidad del interior es una de las claves en este nuevo S-Max, para aprovechar la gran cantidad de espacio que se encierra en un vehículo de 4,80 metros de longitud. Dispone de un comodísimo sistema eléctrico para abatir de forma individualizada los cinco asientos de la segunda y tercera filas, mediante unos botones situados en el maletero. Con todos ellos plegados, la superficie de carga que queda es completamente plana y muy grande.
Además, permite hasta 32 combinaciones diferentes para adaptarse a cualquier necesidad de transporte de pasajeros y carga.
Para facilitar la vida de los menos habilidosos se ofrece un sistema de aparcamiento automatizado opcional, que antes existía para ayudar a estacionar en paralelo y ahora amplía sus ventajas a las maniobras en línea.
El nuevo S-Max también cuenta con innovaciones técnicas dignas de mención. Una de ellas es la dirección adaptativa, que varía el ángulo de giro en función de la velocidad. Si circulamos despacio o realizamos maniobras de aparcamiento será necesario menos movimiento de volante. Por el contrario, al rodar rápido la desmultiplicación va a ser mayor, de forma que tengamos más precisión y seguridad.
A este sistema se le puede añadir un complemento, el control de dirección y amortiguación que, con tres modos de funcionamiento a elegir, hace que estos órganos trabajen con más o menos dureza, según busquemos una conducción deportiva o confortable. Y para esto último, existe un elemento opcional que redondea el resultado: los asientos eléctricos de cuero con función de masaje.
La sonoridad también tiene influencia en el confort, y en este Ford los ruidos llegan bastante más amortiguados al habitáculo, gracias al refuerzo en los materiales aislantes alrededor de las puertas y del vano motor, y a que se utilizan unos cristales de mayor grosor.
De las cuatro versiones de potencia que hay para el motor 2.0 diésel hemos probado la que desarrolla 180 caballos (las hay también de 120, 150 y 210), combinada con el acabado más completo, el Titanium, y la caja de cambios automatizada de doble embrague y de seis velocidades (Powershift).
El rendimiento del conjunto es encomiable, tanto desde el punto de vista de las prestaciones como del consumo. El coche responde con agilidad a las solicitudes del acelerador y los cambios de marcha son tan suaves que se hacen imperceptibles.