El segundo análisis que ha llegado del discurso de Greenspan ha sido "la agitación" que se va a notar en los mercados una vez se acaben los estímulos y comiencen a subir los tipos de interés (fecha sobre la que no se ha querido pronunciar); aunque la presión real se verá cuando los mercados demanden […]
Dirigentes Digital
| 31 oct 2014
El segundo análisis que ha llegado del discurso de Greenspan ha sido "la agitación" que se va a notar en los mercados una vez se acaben los estímulos y comiencen a subir los tipos de interés (fecha sobre la que no se ha querido pronunciar); aunque la presión real se verá cuando los mercados demanden una subida de los tipos para mantener los balances como están, sobre todo si los bancos deciden poner sus reservas en circulación creando riesgos inflacionarios. De hecho, según una encuesta de la cadena CNBC, algunos economistas ven la posibilidad de que la Reserva Federal podría poner en marcha, durante los próximos 12 meses, una nueva compra de bonos como respuesta a una posible desaceleración de la economía americana, lo que supondría el cuarto "Quantitative Easing".
Ante tanta incertidumbre y especulaciones, ¿qué hacer? Parece que la respuesta está en el oro. Ya lo comentó el pasado sábado en un panel en Nueva Orleans y lo ha vuelto a repetir en Nueva York. La mejor recomendación en tiempos de agitación, de volatilidad, lo mejor es comprar oro, pues se escapa de las políticas monetarias impuestas por los gobiernos.
Mirando hacia el pasado y hacia su gestión al frente de la Reserva Federal, Greenspan ha asegurado que no se arrepiente por no haber hecho más para impedir el crecimiento de la burbuja financiera que precedió la crisis de las subprime. El que fue calificado como "El Maestro" ha asegurado que los bancos centrales solo pueden romper burbujas "debilitando la economía", un paso que no estaba dispuesto a dar, ha afirmado.
Otro de los temas que también ha tratado durante su intervención en el Consejo de Relaciones Exteriores ha sido el presente y el futuro de la Unión Europea. Greenspan sigue sin ser optimista. Tiene dudas con respecto a la viabilidad del euro y condiciona su futuro a una integración política total en Europa, un mensaje que ya ha dado en repetidas ocasiones. No es la primera vez que Greenspan muestra su escepticismo ante el futuro de la moneda europea. En una reciente entrevista, Greenspan aseguró que la eurozona estaba condenada a caer debido a la gran división que existe entre los países del norte y los países del sur. Una división que tiene su raíz, según Greenspan, en las diferencias culturales entre los países.
El hecho de que Greenspan haya hablado justo el día en el que la Reserva Federal anunciara oficialmente el fin de su compra de activos, ha hecho que su discurso sonaran más de lo habitual. Sin embargo, aunque su discurso ha estado lejos de ser novedoso, sus palabras y opiniones, cada vez que las pronuncia, siempre tienen algún tipo de eco. Una pequeña anécdota acerca de la influencia que todavía puede tener Greenspan en la sociedad americana. Aunque la revista Forbes nombrara a Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal, la mujer más poderosa de Estados Unidos, todavía hay quien sitúa al octogenario economista al frente de la institución. Según reciente sondeo del Centro de Investigaciones Pew, un think-tank con sede en Washington, un 17% de los americanos afirma que el actual presidente de la FED es Alan Greenspan.