Coqueto, funcional y personalizable

El nuevo Renault Twingo, que inició su comercialización a finales del pasado año, no tiene nada que ver con los modelos de generaciones anteriores. Como fruto del acuerdo con Daimler para ser desarrollado conjuntamente con el Smart, ahora cuenta con una arquitectura donde el motor va situado en la parte trasera y la tracción también se realiza a través de las ruedas posteriores. Este esquema, nada habitual en los coches de ese segmento, proporciona algunas interesantes ventajas, especialmente de espacio y maniobrabilidad, lo que le hacen que se mueva como pez en el agua en las grandes ciudades, su hábitat natural.

La nueva arquitectura ha permitido hacer un coche 10 centímetros más compacto que el anterior, por lo que su longitud total queda reducida a 3,59 metros. Sin embargo, al haberse llevado las ruedas a los extremos, dejando unos voladizos insignificantes, se consigue aumentar la distancia entre ejes en nada menos que 12,3 centímetros. De esa forma se logra un espacio sorprendente en el habitáculo, donde las plazas traseras dejan de ser testimoniales y permiten acoger con cierta holgura a dos adultos.

Otro de los puntos favorables a esta peculiar arquitectura es su comportamiento dinámico, pues el vehículo se asienta mejor en la carretera, ofrece una buena calidad de rodadura y se desenvuelve mejor en el tráfico urbano, gracias a que las ruedas delanteras tienen un ángulo de giro mucho mayor y eso le da agilidad en zonas estrechas. Por último, se logra un perfecto reparto de pesos, del 45% delante y el 55% detrás, al colocarse diversos elementos mecánicos y depósitos de líquidos bajo el capó delantero. La única pega es que no se haya podido sacar aquí un hueco adicional para equipaje, porque el maletero está bastante limitado, particularmente en altura, al llevar el compacto motor debajo.

Calidad percibida

Al acceder al interior nos llaman poderosamente la atención dos cosas: por un lado, el completo equipamiento que tiene y las posibilidades de personalizarlo con muchas opciones a buen precio, que cambian la fisonomía del vehículo. Esos detalles de personalización se extienden a la carrocería, en zonas como la calandra, las molduras, los retrovisores o las franjas laterales. La otra cosa que nos cautivó fue la funcionalidad, pues encontramos huecos, guanteras y cajones repartidos por todo el habitáculo para guardar objetos de diferentes tamaños.

En este mundo digital en que nos movemos no podía faltar una interesante propuesta de conectividad. El Twingo lleva como parte de su equipamiento de serie el sistema R & GO, que permite acoplar nuestro smartphone a una plataforma y compartir a través de él no sólo la información habitual que solemos llevar en su memoria, sino también un sistema de navegación gratuito, que permite descargar previamente los itinerarios para no tener que usar internet en el coche. Además, a través de diferentes aplicaciones podemos utilizarlo como cuentarrevoluciones e, incluso, como ordenador de a bordo para ver consumos y datos de la conducción. Hay otra alternativa multimedia más completa, unida en un paquete que cuesta 1.000 euros a otras opciones interesantes, como la cámara de visión trasera. Se trata del sistema R-Link Evolution, la última generación de tableta integrada, con una pantalla de siete pulgadas, navegador Tom Tom y un extenso catálogo de aplicaciones.

De las dos alternativas mecánicas que hay disponibles hasta la fecha en la gama, ambas de gasolina y con tres cilindros, hemos probado la más evolucionada que, con la ayuda de un turbocompresor, eleva la potencia hasta los 90 caballos. Aunque en este tipo de motores la rumorosidad y las vibraciones suelen estar a la orden del día, el del Twingo funciona mejor que la media y, en general, ofrece un tacto bastante agradable. Los consumos y emisiones de CO2 se sitúan en valores bajos y, aun así, sus prestaciones son más que notables, por lo que el coche es ágil en sus respuestas.

Este motor va acoplado a una caja de cambios manual de cinco marchas, con un tacto de palanca agradable, y lleva de serie el sistema de parada y arranque automático para ahorrar combustible en las retenciones. Más adelante se ofrecerá también una transmisión automatizada de doble embrague.

Su atractivo diseño, con una parte trasera que recuerda en la forma al mítico R-5 Turbo de tracción trasera, y un precio competitivo redondean el resultado en un coche singular, muy enfocado hacia el público joven o como segundo vehículo de la casa. Por supuesto, también encaja entre las personas mayores sin cargas familiares, que han supuesto un elevado porcentaje de las ventas en los Twingo precedentes.