Supone un aumento del 125% respecto al anterior plan de incentivos del período 2008-2011, cuando percibieron 5,9 millones de acciones, que suponían 36 millones de euros en la valoración bursátil de aquel momento. El derecho a este bonus estaba definido como un incentivo a largo plazo para la dirección de Iberdrola y vinculado a la […]
Dirigentes Digital
| 03 jul 2014
Supone un aumento del 125% respecto al anterior plan de incentivos del período 2008-2011, cuando percibieron 5,9 millones de acciones, que suponían 36 millones de euros en la valoración bursátil de aquel momento.
El derecho a este bonus estaba definido como un incentivo a largo plazo para la dirección de Iberdrola y vinculado a la consecución de que el beneficio neto en el periodo de dos años se mantuviera por encima de la media de los cinco principales competidores europeos, la acción estuviera en línea con los títulos de las principales compañías del sector y del índice Eurostoxx Utilities y no se viera afectada la calificación crediticia de la empresa.
Unos objetivos que se alcanzaron parcialmente pero que distan del sufrimiento que han soportado los accionistas por la evolución de la compañía. En el mismo plazo vigencia del bono, el beneficio neto de Iberdrola ha disminuido un 8% hasta los 2.575 millones y el EBITDA un 5,81% hasta los 7.250 millones. La compañía ha achacado la caída del negocio en los últimos años al impacto regulatorio de los cambios legislativos en España, pero los principales afectados han sido sus accionistas, que vieron como los títulos se depreciaban un 14% y como disminuía su retribución por dividendo, un 22%.
La remuneración del consejo de administración de la eléctrica no se ha visto mermada en las mismas magnitudes que los inversores. En 2013, ganó 14,84 millones en 2013, ligeramente por encima de los 14,53 millones que percibió en el ejercicio anterior. El presidente, Ignacio Sánchez Galán, percibió 7,4 millones, supuso un 19% menos, pero porque se prescindió de realizar aportaciones al plan de pensiones. Sin embargo, el descenso en su salario será compensado con la entrega de un 1,5 millones, que le supondrán nueve millones de euros, en los próximos tres años durante el período de liquidación del bono.
En los últimos años, Iberdrola ha diseñado unos planes de incentivos mucho menos exigentes que los objetivos marcados en sus planes de negocio. El nuevo Bono Estratégico 2014-2016, que fue aprobado en la pasada junta de accionistas, eleva el bonus máximo a 19 millones de acciones, frente a los 17 millones del que acaban de cobrar, que supondrían repartirse más de cien millones, a precios actuales. Pero, además, queda fijado el objetivo por beneficio neto en un incremento del 2% desde cierre de 2014 hasta 2016, mientras la directiva se ha comprometido en elevar el beneficio neto un 4%.
El resto de requisitos para el próximo bonus quedan vinculados a que la evolución de la acción supere al índice Eurostoxx Utilities y al resto de los cinco principales competidores europeos y a que mejore la solidez financiera de la compañía respecto a la deuda. El próximo bono estratégico comenzará a cobrarse a partir de 2017 si se cumple los objetivos.