Según los datos que manejan en la firma, desde enero de 2014 los fondos pasivos de renta variable han recibido cerca de 87.000 millones de euros, frente a apenas 2.300 millones de euros para los fondos activos. Sin embargo, la tendencia no es tan evidente en renta fija. En el mismo periodo, los fondos activos […]
Dirigentes Digital
| 30 sep 2015
Según los datos que manejan en la firma, desde enero de 2014 los fondos pasivos de renta variable han recibido cerca de 87.000 millones de euros, frente a apenas 2.300 millones de euros para los fondos activos.
Sin embargo, la tendencia no es tan evidente en renta fija. En el mismo periodo, los fondos activos de esta categoría han recolectado más dinero que los pasivos (unos 156.000 millones de euros frente a casi 60.000 millones). Sin embargo, los expertos de Morningstar han notado un cambio en los últimos tres meses de turbulencias bursátiles, "con los fondos pasivos captando algo más de 4.000 millones de euros, mientras que los activos dejaban escapar cerca de 28.000 millones de euros".
Las tendencias de flujos de los últimos meses reflejan las perspectivas de los expertos, que apuntan a un notable crecimiento de la gestión pasiva en los próximos años. Según un estudio elaborado en 2014 por PwC y la Fundación de Estudios Financieros (FEF), este estilo de gestión podría alcanzar los 22,7 billones de dólares en 2020, triplicando su tamaño actual.
Sin embargo, los expertos recuerdan que a pesar de su crecimiento, la gestión pasiva no está exenta de riesgos. El principal es la concentración que presenta el sector, ya que al tener un esquema de comisiones tan bajo, requiere de la existencia de ciertas economías de escala que solo se consiguen con una gran cuota de mercado.
"Se estima que el 70% de la industria se concentra en solo tres proveedores: BlackRock, State Street y Vanguard)", recuerdan desde PwC. A nivel mundial solo hay 100 gestoras de ETFs, y la entrada de nuevos jugadores es casi infranqueable. Otro de los riesgos que señalan los expertos es la percepción de cómo estos instrumentos aumentan la volatilidad de las acciones y los índices subyacentes, y explican a los inversores que hay que estar muy atentos a estos productos de gestión pasiva cuando están muy apalancados.
Los expertos recuerdan que la gestión activa suele ser utilizada por inversores más estratégicos, mientras que la pasiva suele tener un uso más táctico. "En este sentido merece la pena poner en valor el papel de los estrategas que deciden el asset allocation, los selectores de fondos, que juegan el papel más importante de hoy en día en la industria, ya que deciden la cantidad que se invierte en cada índice", indican.