Los análisis históricos y de valoración de la crisis europea muestras que la deuda periférica de mayor vencimiento y el crédito bancario son los que están en mayor riesgo ante la escalada de las tensiones entre Atenas y las "instituciones" (antes "troika", es decir, FMI, BCE y CE). Sin embargo, tanto la firma británica como […]
Dirigentes Digital
| 03 jul 2015
Los análisis históricos y de valoración de la crisis europea muestras que la deuda periférica de mayor vencimiento y el crédito bancario son los que están en mayor riesgo ante la escalada de las tensiones entre Atenas y las "instituciones" (antes "troika", es decir, FMI, BCE y CE). Sin embargo, tanto la firma británica como la mayor parte de los expertos coinciden en señalar que un contagio a gran escala, a imagen y semejanza de los de 2011 y 2012, es poco probable.
Desde entonces, además de los cortafuegos que han implementado autoridades y reguladores, las reformas llevadas a cabo han fortalecido a las economías más débiles. Mientras tanto, el Banco Central Europeo (BCE) sigue dispuesto a "hacer todo lo que sea necesario para salvar al euro" y ante cualquier "crisis de liquidez" pisará el acelerador en sus compras masivas de deuda (QE), e incluso podría tomar más medidas excepcionales.
En este contexto, afrontamos la consulta helena y estos expertos consideran que un resultado afirmativo (Nai en griego) derivaría probablemente en la formación de un Gobierno de unidad nacional, pues conllevaría la dimisión del Ejecutivo. Sin embargo, tampoco descartan que finalmente Tsipras y los suyos se mantengan al frente del país y acepten un acuerdo con los acreedores.
Con todo, el escenario más factible es la unión de los diputados moderados de Syriza podrían unirse a PASOK, Potami y Nueva Democracia y formar una coalición que negociara con las instituciones un acuerdo. Después, podrían convocarse unas elecciones anticipadas, que no se celebrarían seguramente hasta después del verano.
"La reacción del mercado sería probablemente positiva inmediatamente después del referéndum. Sin embargo, la volatilidad seguirá siendo elevada hasta que haya un nuevo Gobierno y el programa sea aprobado", explican. Por otra parte, añaden, cualquier rally de "celebración" en el euro será de corta duración, pues sobre la divisa prevalecerá la presión de las divergentes políticas monetarias de BCE y Fed. En la renta fija, la mayor parte de la huida hacia refugios seguros se revertirá rápidamente.
Un voto negativo (Oxi) apunta a la salida de Grecia del euro como desenlace más previsible. Tras no pagar al FMI, tampoco se pagaría al BCE, se implementarán mayores controles de capital y se producirán seguramente manifestaciones en las calles de Atenas, así como un rápido deterioro de la economía que también podría desembocar en una renuncia del Ejecutivo de Tsipras.
Los líderes de la Zona Euro, por su parte, tendrán que emitir una declaración férrea para reafirmar que la unión monetaria será protegida. Además, deberán acelerar la agenda de reformas institucionales y de convergencia si quieren evitar que el riesgo de contagio de propague de nuevo.
Aún así, probablemente los diferenciales de la deuda a diez años de Italia y España repunten por lo menos 200 puntos básicos, e incluso más, pero se mantendrían lejos de la escalada de 400-500 registrada en 2011-2012, pues el BCE "apretaría rápidamente el gatillo". En principio, el euro se vería afectado negativamente, pero, "con la combinación adecuada de acontecimientos políticos a posteriori, la unión monetaria podría salir fortalecida" y, por ende, su moneda repuntaría a más largo plazo.