A la caza del producto estrella. Ese es el objetivo de las mayoría de los inversores: encontrar un fondo rentable y que huya de la volatilidad para pasar un verano tranquilo. La oferta es muy variada, la mayoría de gestoras tienen en sus carteras productos diseñados’ para cualquier tipo de inversor, pero desde BNY Mellon […]
Dirigentes Digital
| 06 jul 2015
A la caza del producto estrella. Ese es el objetivo de las mayoría de los inversores: encontrar un fondo rentable y que huya de la volatilidad para pasar un verano tranquilo. La oferta es muy variada, la mayoría de gestoras tienen en sus carteras productos diseñados’ para cualquier tipo de inversor, pero desde BNY Mellon destacan BNY Mellon Global Real Return Fund, que el pasado mes de marzo cumplió cinco años.
Según apuntan desde la entidad, la característica clave del fondo es su objetivo de lograr rentabilidades positivas con menores niveles de volatilidad; para lograrlo, pone énfasis en la preservación del capital. Su gestora, Newton (parte de BNY Mellon), goza de flexibilidad para ajustar la composición de la cartera en base a las condiciones económicas y de mercado.
¿Cómo lo logra?
Las principales pautas del fondo pasan por reducir la exposición a la renta variable hasta el 40%, elevando defensivamente la exposición al efectivo hasta el 26% y aumentando su participación en oro, un activo refugio. Gracias a esta estrategia, durante un periodo en que las bolsas globales mostraron una gran volatilidad y sufrieron caídas, este posicionamiento permitió al Fondo registrar una rentabilidad positiva y una menor variabilidad que el mercado.
En los cinco años que lleva funcionando, el fondo ha sido testigo de momentos clave en el mercado como la aprobación del primer paquete de rescate a Grecia por parte del Eurogrupo en 2010, lo que llevó a un fuerte repunte del euro frente al dólar. Además, también ha visto cómo China superaba a Japón y se coronaba como la segunda mayor economía del mundo mientras Dilma Rousseff se convertía en la primera mujer en la presidencia de Brasil.
También ha vivido la ralentización de la economía china, la caída del petróleo o la puesta en marcha de un nuevo programa de flexibilización cuantitativa por parte del Banco Central Europeo (BCE).
Durante todo este tiempo, el fondo, que persigue un rendimiento de una tasa de efectivo (Euribor 1 mes) más un 4% cada año con un horizonte de inversión de cinco años, previa deducción de las comisiones. No obstante, desde BNY Mellon advierten de que el fondo podría no lograr rentabilidades positivas y cabe la posibilidad de que se produzcan minusvalías. A pesar de todo, durante el periodo mencionado, el fondo sí ha logrado alcanzar su objetivo.
Su gestora, Newton (parte de BNY Mellon), tiene un mandato flexible del equipo gestor que le ha permitido posicionar el fondo de forma proactiva. Esto se pudo ver en el año 2011, que supuso un periodo de inestabilidad en los mercados de renta variable: a una orilla del Atlántico, la crisis de deuda de la eurozona amenazada a varias economías, y al otro, Estados Unidos perdía por primera vez en la historia su calificación crediticia AAA.