"Ya no es realista". Así describe la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, la estimación de PIB global del organismo para este año y el próximo. ¿Por qué? El debilitamiento de los emergentes, que hasta ahora "tiraban del carro", tiene la culpa… Se trata de previsión con apenas tres meses de vida […]
Dirigentes Digital
| 01 oct 2015
"Ya no es realista". Así describe la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, la estimación de PIB global del organismo para este año y el próximo. ¿Por qué? El debilitamiento de los emergentes, que hasta ahora "tiraban del carro", tiene la culpa…
Se trata de previsión con apenas tres meses de vida que apuntaba a un repunte de la actividad del 3,3% en 2015 y del 3,8% para 2016. Todo parece apuntar a que, en el mejor de los casos, la economía mundial será capaz de alcanzar el 3% de mejora (esta es la estimación de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, OCDE). Aunque también es posible, como ya auguraba el Banco Mundial (BM) en junio que no lo haga y se quede en el 2,8%.
La agencia de calificación crediticia Fitch se encuentra entre los menos positivos y estima que el crecimiento será del 2,3% este año, "la tasa más débil desde la crisis financiera mundial de 2009, ante la recesión en Brasil y Rusia y la desaceleración estructural en China y muchos emergentes". 2016 y 2017 serán mejores, con un repunte del PIB del 2,7%, cuando estas economías se recuperen y las desarrolladas se fortalezcan.
En este sentido, Barclays también revisa a la baja sus estimaciones para este año, aunque espera que la actividad escale un 3,1% en 2015 (un 0,2% menos que el consenso) y un 3,4% el próximo ejercicio (un 0,3% por debajo del mercado). La firma explica este recorte también en el peor comportamiento de los emergentes, mientras los países avanzados "se mantienen estables".
Materias primas, crisis política, desaceleración secular
Para Fitch los mercados emergentes "se están convirtiendo en una fuente cada vez mayor de riesgo, ya que el colapso de las materias primas y las crisis políticas internas exacerban la desaceleración secular en marcha".
Prevén que China crezca un 6,8% en 2017, un 6,3% en 2016 y un 5,5% en 2017: "A pesar de que la inversión se está desacelerando bruscamente, el crecimiento sigue apoyado por un consumo robusto y una política monetaria acomodaticia. Sin embargo, existen riesgos a la baja desde el sector inmobiliario, los flujos de capital y la aplicación de las políticas".
Será, en su opinión, India la que se "haga cargo" del crecimiento de los BRIC este año, con un repunte del PIB del 7,5%, que se acelerará al 8% en 2016, gracias a las "reformas estructurales y a una mayor inversión". Mientras las profundas recesiones en Rusia y Brasil (-4% y -3% en 205, respectivamente) traerán una débil recuperación el año que viene en el primer país (0,5%) y ya en 2017 en el segundo (+1,2%).
"Receta" para salir de la crisis
Limitado el impulso natural de la demanda externa, principal fuente de "sufrimiento" de las economías emergentes, Citi se pregunta qué les resta a estas economías para impulsar el crecimiento. "Lo lógico sería esperar que sus autoridades impulsaran el gasto o inversión pública. Pero, es complicado generalizar en este supuesto. Miren si no lo que ha ocurrido en Brasil ante el incumplimiento de los objetivos de consolidación fiscal. Y no solo con respecto a la rebaja del rating como también a la necesidad de asumir el descenso de los ingresos fiscales derivado de la caída de los precios de las commodities en algunos casos o del propio deterioro económico en todos. Por último, no parece del todo claro que la financiación ahora de un mayor deterioro de las finanzas públicas sea fácil. Especialmente en los mercados de crédito domésticos. Y obviamente también en los mercados internacionales. En este punto sería incluso necesitaría mucho más que la estabilidad de tipos de interés en Estados Unidos para contrarrestarlo", explica su estratega en España, José Luis Martínez Campuzano.
Con esto en mente, probablemente lo mejor sea "esperar acontecimientos sobre la evolución del crecimiento mundial (China y la propia recuperación de las economías desarrolladas)", así como "una gestión más dinámica de las finanzas públicas de estos países y reformas que aumenten su crecimiento potencial al mismo tiempo que aceleran los ajustes pendientes. En definitiva, el camino ortodoxo para superar sus problemas actuales. Pero, es cierto, también el más largo y complicado".