Según los expertos consultados por Bloomberg, estas nuevas normas pueden suponer una nueva brecha en el sector, pues "no tiene sentido tratar a un empleado de banco de forma diferente a aquel que hace un trabajo similar en una firma independiente, cuando los riesgos que suponen para el sistema pueden ser los mismos". En EEUU, […]
Dirigentes Digital
| 19 may 2016
Según los expertos consultados por Bloomberg, estas nuevas normas pueden suponer una nueva brecha en el sector, pues "no tiene sentido tratar a un empleado de banco de forma diferente a aquel que hace un trabajo similar en una firma independiente, cuando los riesgos que suponen para el sistema pueden ser los mismos".
En EEUU, la ley Dodd Frank aprobada en 2010, ya restringía los bonus El plan se aplica a todas las entidades financieras con más de 1.000 millones de euros en activos, separándolos en tres niveles según su tamaño. Para los más grandes, se propone el diferimiento del pago de los bonus a lo largo de cuatro años, así como una disposición que permitiría a las empresas cancelar o recuperar el dinero durante un máximo de siete años desde que se entregan las bonificaciones, en caso de encontrar síntomas de ‘mala conducta’.
La gran divergencia es que la norma se calculará sobre los activos propios de las entidades. Y ahí las gestoras como BlackRock salen ganando, pues lo que manejan es el dinero de sus clientes, con lo que los límites a los bonus de sus gestores serán menos severos que para un gestor que trabaje en una entidad bancaria.