Shadow Banking. Un término que en los últimos tiempos se ha estigmatizado pero que, sin embargo, sigue funcionando a sus anchas como alternativa a la banca en la financiación empresarial. Según la Financial Stability Board (FSB), este mecanismo ya supone 71 billones de dólares (52 billones de euros) en EE UU. Pero no sólo allí. […]
Dirigentes Digital
| 26 jun 2014
Shadow Banking. Un término que en los últimos tiempos se ha estigmatizado pero que, sin embargo, sigue funcionando a sus anchas como alternativa a la banca en la financiación empresarial. Según la Financial Stability Board (FSB), este mecanismo ya supone 71 billones de dólares (52 billones de euros) en EE UU. Pero no sólo allí. Un estudio del IEB y Axesor asegura que en España también hay disponibles 160.000 millones de euros para prestarse por vías alternativas al crédito bancario.
Todo en un país en el que más del 80% de la financiación procede precisamente de las entidades financieras. El porcentaje más elevado de Europa y muy por encima del 50% que registran países como Francia o el 20% en la primera potencia mundial. La crisis ha dejado claro que las empresas tienen que abrirse a una nueva financiación, menos bancaria y más centrada en los mercados de capitales.
Según recuerdan desde el IEB, las empresas tienen varias formas de acceder a financiación sin pasar por la sucursal bancaria. Entre ellas, acudir a los mercados financieros organizados, "como el mercado continuo, AIAF o los denominados mercados alternativos: MARF y MAB".
Pero hablar de alternativas a la financiación pasa obligatoriamente por el shadow banking o banca en la sombra, que se ha convertido en los últimos años en la gran esperanza de financiación para muchas empresas, que no pueden acceder al crédito bancario tradicional en un momento en el que las entidades financieras están centradas en sanear sus balances para cumplir con los requisitos de Basilea III.
El informe del IEB y Axesor recuerda los activos de este sistema en EE UU (71 billones de dólares) "representan el 24% de los activos financieros y el 117% del PIB de las economías avanzadas, nivel que aparece lejos de su cota máxima que se produjo en el año 2005, donde alcanzó el 125%".
Miguel Ángel García Bernal, coordinador del Departamento de Investigación del IEB, explica que entre los canales de shadow banking en España destacan las Socimis para el sector inmobiliario, el capital semilla, los llamados business angel, el crowdfunding o el capital riesgo. "El shadow banking debe entenderse de forma muy amplia, lo que la FSB describe como aquellas vías de instrumentación del crédito y actividades concernientes al mismo que se encuentran fuera de los balances de las entidades de crédito", explica.
Si atendemos al crecimiento por países, cabe destacar que solo tres áreas registraron caídas del volumen de financiación mediante este segmento: Italia, Reino Unido y España. "El caso español constituye el farolillo rojo del crecimiento, con una caída del 11%", explican en el informe. En el otro lado de la balanza se sitúan países como China, Argentina, India y Sudáfrica, cuyos ratios de crecimiento son superiores al 20%.
Desde la institución destacan un cambio de tendencia que puede desembocar en un cambio en el tradicional papel de los bancos en la economía española, dejando a un lado la concesión de crédito para centrarse más en el acompañamiento a las empresas hacia los mercados de capitales y otras vías de financiación. Una idea que no gusta ni apetece en el sector, que lleva meses advirtiendo de los peligros del imparable crecimiento de esta banca en la sombra.