El cambio de dirección en el Banco nacional se daba después de que Christian Noyer alcanzara la edad límite de 65 años. La nominación de Villeroy hizo saltar las alarmas entre más de un centenar de economistas. En una carta conjunta publicada en el diario Le Monde señalaban la incompatibilidad de haber llevado la dirección […]
Dirigentes Digital
| 05 oct 2015
El cambio de dirección en el Banco nacional se daba después de que Christian Noyer alcanzara la edad límite de 65 años. La nominación de Villeroy hizo saltar las alarmas entre más de un centenar de economistas. En una carta conjunta publicada en el diario Le Monde señalaban la incompatibilidad de haber llevado la dirección de un banco privado con la gestión del banco nacional, "que defiende el interés general y necesita independencia".
Sin embargo, ese reparo no ha sido suficiente para parar su nominación en el Senado. El pasado martes, su candidatura pasaba sin problemas el filtro de la Cámara. Con 34 votos a favor, ocho en contra y un voto en blanco, los miembros de la Comisión de finanzas aprobaron a Villeroy de Galhau como nuevo director del Banco de Francia.
Villeroy tiene una carrera ligada a los gabinetes ministeriales de izquierdas. Ha sido consejero del socialista Pierre Bérégovoy, o de Dominique Strauss-Kahn, socialdemócrata que fue gerente del FMI. También colaboró con el ex ministro de Finanzas francés Christian Sautter. En 2003 comenzó su carrera en el BNP Paribas, llegando en 2011 a ser director general delegado, puesto que dejó en abril de este año para dirigir una misión gubernamental sobre la inversión en Francia y en Europa. Este último movimiento llegó a considerarse ya un guiño para poder seguir su carrera hacia la dirección del Banco nacional, y que no pasara directamente del sector privado al público.
Para los economistas el hecho de haber hecho carrera en el sector privado podría poner en peligro la independencia de la institución pública. "Aunque actúe según sus convicciones, la sospecha estará ahí", consideraban algunos economistas, que hubieran preferido la elección de otro candidato. Una posibilidad hubiera sido Benoît Coeuré, actual miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE). Pero finalmente la decisión de Hollande contó con el visto bueno del Senado.
Por lo tanto, a pesar de todas las críticas, a partir del 31 de octubre François Villeroy de Galhau será el nuevo director del Banco de Francia. Los senadores apoyaron su candidatura, reafirmando la decisión del Ejecutivo galo. Los doce años de experiencia en banca privada del candidato de Hollande no echaron para atrás su nominación. El mismo Villeroy llegó a escribir una carta a los senadores para dejar clara su independencia.
"Así como no se nombran toreros para la comisión de protección de los animales, hubiera ido mejor que le propusieran un puesto en el Banco Europeo de Inversiones o en el Fondo Monetario Internacional", señalaba un senador contrario a Villeroy. La senadora ecologista Eva Sas reconocía que no se puede jugar con la credibilidad en los dirigentes, que ya de por sí está muy mermada. "Hay una gran crisis de confianza entre los ciudadanos con respecto a los dirigentes y no puede ser posible tener dudas sobre las instancias de control y de regulación de los bancos", sentenció. "Debemos tener garantías", concluyó.
Otros echaban en cara como la «descontaminación» del sector privado ha llevado diez años en algunos países como Estados Unidos o nueve años en Inglaterra, pero nunca seis meses como está ocurriendo en Francia.
Villeroy de Galhau iba preparado para cada crítica y no se salió de su guión. "Puedo tener mis limitaciones como cualquiera pero soy un hombre libre y correcto y decidiré siempre en función de lo que considere bueno para mi país y la economía", explicaba. "Me retiraré de toda decisión que pueda repercutir al banco (BNP Paribas)", añadió.