Opina este experto que, si miramos las cosas en perspectiva, "la caída no es tan grande e inusitada", sin embargo, reconoce que "cuando algo sube o baja durante mucho tiempo, la gente asume que seguirá así siempre", aún cuando en el fondo sabemos que nada asciende o desciende eternamente… Se dice que la petrolera es […]
Dirigentes Digital
| 10 feb 2015
Opina este experto que, si miramos las cosas en perspectiva, "la caída no es tan grande e inusitada", sin embargo, reconoce que "cuando algo sube o baja durante mucho tiempo, la gente asume que seguirá así siempre", aún cuando en el fondo sabemos que nada asciende o desciende eternamente…
Se dice que la petrolera es una industria cíclica, pero Jarillo, añade que también nos encontramos ante "un sector en el que la oferta a corto y medio plazo es extraordinariamente ‘inelástica’, es decir, por mucho que el suba el precio no se puede hacer más, y si baja, tampoco se deja de producir, porque las inversiones están hechas".
Y es que, resume este analista, lo que tenemos que tener claro con el crudo es que "si se produce un desequilibrio entre oferta y demanda se tarda muchísimo tiempo en corregir, porque la oferta, de momento, va a ser la misma, pase lo que pase con el precio". Al mismo tiempo, añade, "la demanda a su vez también es muy ‘inelástica’ (…) el consumo de petróleo es completamente estable (…) aumenta cada año más o menos con el PIB mundial".
Por otra parte, debemos tener en cuenta que "cada año el agotamiento de los pozos actuales en funcionamiento se calcula que entre un 5% y un 6% de la producción, a saber, que si este año no se inaugurará ningún pozo nuevo, el próximo ejercicio la producción se reduciría en esa proporción".
Hoy por hoy, estamos en la siguiente situación: demanda estacional (en invierno se consume menos que en verano) y "la oferta ha seguido tirando para arriba, entonces se ha producido un gap (hueco), que puede estar alrededor de entre uno o dos millones de barriles diarios (consumo anual se estima que estará por encima de 90 millones), se ha producido un exceso de capacidad, que no es muy grande (2%-3% de la demanda actual), pero que dada la enorme rigidez de la demanda es suficiente para que el precio se caiga (…) Esto se tiene que ajustar por la vía de que alguien deje de producir, eso puede tardar diez años, pero esta vez eso no va a ocurrir".
Para entender de dónde viene este exceso tenemos que mirar al otro lado del Atlántico, en 2014, sólo hay un lugar en el que se ha producido más petróleo y es en Estados Unidos y, en concreto, estamos hablando del shale oil. "En los últimos cuatro años, el crecimiento de la producción de petróleo de esquisto equivalente a todo el crecimiento de la producción mundial", explica. Y es que, prácticamente, la producción en el resto de países está en declive con excepciones como Irak, Irán o Libia.
La cuestión es que técnicamente el shale oil es completamente distinto al crudo tradicional, lo que hace que la situación actual vaya a ser completamente distinta. Asimismo, el ciclo de vida de estos pozos es mucho menor y hay que hacerlos mucho más juntos. "La primera diferencia que tenemos con el petróleo normal es que en seis meses (la extracción) está en marcha, sobre todo en Estados Unidos (…) y la segunda es que si dejamos de perforar en un año producimos la mitad y en dos prácticamente nada, con lo cual la oferta pasa a ser muy muy elástica (…) a 50 dólares el barril no da para abrir otro pozo y no se hace (…) con lo cual la respuesta es mucho más rápida".
A los precios actuales, incluso en la mejor zona de Estados Unidos, ya hay mucha gente que no puede seguir perforando. Así, "las posibilidades de que EEUU produzca este año un millón de barriles más que en 2014, que es lo que se necesita para equilibrar oferta y demanda, al precio actual son cero, eso no va a pasar. Cuánto se va a producir eso no lo sabe nadie, pero desde luego un millón más que el ejercicio pasado no (…) A este precio es imposible que se produzca este crecimiento de la oferta que está más o menos implícito en todos los cálculos".
En este contexto, José Carlos Jarillo considera que el petróleo "no puede bajar mucho más de donde ha bajado", pues a corto plazo, es decir, antes de seis meses, debe irse a la valoración en la que el shale oil vuelve a invertir, esto es, entre 60 y 80 dólares. Después deberá repuntar hasta incentivar a aquellos majors que no querían invertir se vean obligados a hacerlo: 90-120 dólares.