La relativa solidez de la recuperación económica del país ha contribuido a que las empresas de pequeña y mediana capitalización más orientadas al mercado británico hayan obtenido rentabilidades significativamente superiores a los valores de gran capitalización con una exposición más internacional. Entre 2006 y 2015, el FTSE 250 generó una rentabilidad anualizada del 12,7%. La […]
Dirigentes Digital
| 27 may 2016
La relativa solidez de la recuperación económica del país ha contribuido a que las empresas de pequeña y mediana capitalización más orientadas al mercado británico hayan obtenido rentabilidades significativamente superiores a los valores de gran capitalización con una exposición más internacional. Entre 2006 y 2015, el FTSE 250 generó una rentabilidad anualizada del 12,7%.
La renta variable de pequeña capitalización también obtuvo buenos resultados y rindió un 7,8%. En comparación, la rentabilidad anualizada del FTSE 100 ha sido de tan solo el 6% desde 2006.
Sin embargo, las dos grandes tendencias que han marcado la asignación de activos entre los gestores con exposición a este mercado empieza a cambiar. Para Dryden, esta situación obliga a los inversores a replantearse la sobreponderación extrema a las small caps locales. De hecho, en lo que va de año, solo el 21% de los gestores de fondos activos han logrado batir el índice FTSE All-Share, frente al 79% en 2015.
Según los datos que manejan los expertos, de media, el 10% de los gestores de fondos activos británicos con mejores resultados mantienen una asignación del 75% a valores de pequeña y mediana capitalización y una ponderación de tan solo el 7% en materias primas. "Para poner ese dato en contexto, el índice de referencia mantiene una ponderación del 20% en valores de pequeña y mediana capitalización y una exposición del 16% a sectores relacionados con las materias primas", recuerdan.
Sin embargo, "los catalizadores del cambio son la posibilidad de que el mercado de las materias primas haya tocado fondo, la debilitación de la libra esterlina y unas valoraciones relativas forzadas".
Así, la reciente recuperación de los precios de las materias primas ha convertido a materiales y energía en los sectores de la renta variable británica que mejores resultados han generado en 2016. "A pesar de que la volatilidad de los precios continúa siendo un factor a tener en cuenta, este mejor comportamiento de las materias primas representa un desafío para muchos de los gestores de fondos más rentables, que mantienen amplias infraponderaciones en estos sectores", advierten desde JP Morgan.
El impacto de la libra
Del mismo modo, y volviendo a las small caps, la fortaleza de la libra esterlina también ha supuesto un quebradero de cabeza para las empresas británicas de gran capitalización, que generan aproximadamente el 75% de sus beneficios en el extranjero. "Por eso, la debilitación de la divisa también podría contribuir a un cambio de tendencia en el segmento de la renta variable británica".
Los expertos recuerdan cómo la divisa ha caído un 8% en términos ponderados por el comercio exterior desde agosto de 2015, por la incertidumbre relativa al referéndum sobre la permanencia del país en la UE. "En caso de que el Reino Unido vote a favor de permanecer en la UE, es poco probable que la divisa regrese de forma inmediata a sus niveles máximos anteriores, ya que el país todavía mantiene un déficit por cuenta corriente muy superior al 4% del PIB".
Bajo este panorama, los gestores de fondos que se situaron en el primer decil de rentabilidad en 2015 están registrando algunos de los peores resultados en 2016 y se encuentran ahora, en media, en el percentil 79 en lo que va de año. Por el contrario, los gestores que mantenían posiciones menos populares el año pasado, como sobreponderaciones en materias primas y valores de gran capitalización, se encuentran entre los más rentables: los que se sitúan en el primer decil en lo que va de año se situaban, en media, en el percentil 82 en 2015.
El mayor desafío
"El potencial cambio de rumbo supone un desafío para los gestores de fondos británicos más beneficiados por las tendencias que han dominado los mercados durante la última década. En teoría, los gestores deberían ser capaces de reasignar sus activos de los sectores de pequeña y mediana capitalización a los de gran capitalización, pero creemos que este cambio podría verse retrasado por dos factores: la voluntad y la capacidad de los gestores para cambiar de rumbo", indican.
En este sentido, explican que en un mercado tan carente de liquidez, la rotación de la cartera no solo requerirá una gran cantidad de tiempo, sino que también podría afectar gravemente a la rentabilidad del fondo. "Si un gran número de gestores intenta vender valores de pequeña y mediana capitalización y comprar valores de gran capitalización al mismo tiempo, es poco probable que el mercado pueda absorber toda la presión". A su juicio, esta situación podría provocar una auténtica estampida y forzar a los gestores a rebajar los precios para atraer compradores, lo que dañará aún más la rentabilidad del fondo.