1. Realiza un balance de la primera parte del año. Aunque tu gestor personal te haya informado periódicamente de la evolución de tu cartera, es preciso que hagas una revisión semestral de la misma. Sería bueno que, antes de irte de vacaciones, tu asesor te cuente en profundidad cómo ha evolucionado, qué nivel de riesgo […]
Dirigentes Digital
| 14 ago 2015
1. Realiza un balance de la primera parte del año. Aunque tu gestor personal te haya informado periódicamente de la evolución de tu cartera, es preciso que hagas una revisión semestral de la misma. Sería bueno que, antes de irte de vacaciones, tu asesor te cuente en profundidad cómo ha evolucionado, qué nivel de riesgo ha soportado, qué rentabilidad ha obtenido y si se han cumplido tus objetivos. Si ya has alcanzado o superado el nivel de beneficios que buscabas, valora si es momento de recoger beneficios. Las conclusiones que obtengas serán fundamentales para saber qué estrategia seguir en el segundo semestre.
2. Identifica riesgos. Haz un análisis de la situación macroeconómica, geopolítica y política de las zonas geográficas a las que tengas exposición o que puedan influir en los mercados, con el objetivo de detectar riesgos actuales o potenciales de carácter geopolítico que podrían afectar a tu cartera. Sitúa en un calendario tanto las citas relevantes (cumbres políticas, reuniones de instituciones de política monetaria, etc.) como los conflictos abiertos que puedan repercutir en el valor de tus activos.
3. Atento a los vencimientos. Revisa si alguno de los activos que forman parte de tu cartera de inversión llega a vencimiento durante tus vacaciones. Si es así, discute con tu asesor cuál es la mejor estrategia y déjale instrucciones de cómo proceder durante tu ausencia.
4. Cubre tu cartera. Una vez detectados los riesgos que podrían afectar a tus inversiones, intenta neutralizarlos. Analiza qué posiciones tienen más riesgo y combátelo disminuyendo su peso en el total de la cartera.
5. No olvides la fiscalidad. A la hora de decidir qué cambios aplicar a tu cartera, ten en cuenta que no todos los productos de inversión tributan de la misma manera. Recuerda, por ejemplo, que puedes traspasar de un fondo de inversión a otro sin tener que tributar.
6. Prevé próximos pagos y gastos. ¿Tendrás que afrontar algún pago o gasto importante durante las vacaciones? Si es así, planifica con qué recursos lo cubrirás y valora si te interesa deshacer alguna posición para afrontarlo. Evalúa si es buen momento para vender algún activo y obtener liquidez para hacer frente a los gastos que surjan durante las vacaciones.
7. Piensa en la "vuelta al cole". No te vayas de vacaciones sin agendar una cita con tu gestor personal en septiembre. Una vez terminado el verano, reúnete con él o ella para evaluar el comportamiento que han tenido tus inversiones durante este periodo y para planificar la estrategia que te permitirá conseguir tus objetivos de rentabilidad antes de que acabe el año.
8. ¡Relájate y disfruta! Olvida las noticias económicas durante unos días y despreocúpate de la evolución de los mercados. Si sigues los pasos anteriores tu cartera estará a salvo y las únicas subidas y bajadas que te preocuparán serán las de la marea.