Más allá de los beneficios que está reportando la remontada de las materias primas a los inversores, su buen comportamiento está reflejándose en gran medida en las expectativas de crecimiento global y, por ende, en los movimientos de otros tipos de activos. Por ejemplo, la subidas del petróleo disipan las dudas sobre la fortaleza de […]
Dirigentes Digital
| 25 may 2015
Más allá de los beneficios que está reportando la remontada de las materias primas a los inversores, su buen comportamiento está reflejándose en gran medida en las expectativas de crecimiento global y, por ende, en los movimientos de otros tipos de activos. Por ejemplo, la subidas del petróleo disipan las dudas sobre la fortaleza de la recuperación económica, al tiempo que reducen los temores sobre la posible “caída” del mundo en una espiral deflacionaria.
Es más, el aumento de los precios de la commodities ha tenido una influencia importante en el reciente repunte de las rentabilidades de los bonos globales. Aunque estos siguen en niveles históricamente bajos, los recientes repuntes han sido llamativos y, en opinión de Barclays, es “difícil imaginar “que las turbulencias que han experimentado los mercados de renta fija “hubieran sido tan agresivas sin los grandes movimientos vividos por las materias primas, especialmente el petróleo”.
La firma opina que “va a resultar muy difícil hacer más ganancias significativas con los precios de las commodities de aquí en adelante, a no ser que las condiciones de oferta y demanda mejoren rápidamente”. Así, sus expertos creen que petróleo, cobre y oro “han alcanzado niveles que no se justificarán hasta finales del segundo semestre, es decir, después de un periodo sostenido de mejora de los fundamentales“.
Es más, la entidad británica considera que aumentan los “riesgos” que apuntan a que la recuperación de las materias primas “ha ido demasiado lejos, demasiado rápido y que podría haber una corrección ‘a la vuelta de la esquina'”. Concretamente, estos analistas subrayan la fragilidad de China, una oferta que sigue superando a la demanda, la posibilidad de que algunos productores estadounidenses puedan volver a ponerse en marcha y la “gran desconexión” existente entre los precios en los mercados físicos (donde los diferenciales siguen apuntando a un exceso de oferta) y los de futuros (donde todo parece “de color de rosa”).
El peligro de que se produzca una reversión de la tendencia está creciendo “y con menos creadores para absorber los choques, el futuro podría traernos un periodo de alta volatilidad. Los mercados energéticos, especialmente los del crudo, parecen los más expuestos a esta situación y, aunque los fundamentales del cobre son más firmes y los precios tienen menos riesgo de sufrir un gran ajuste a la baja, también se ‘avecinan curvas’, especialmente si la debilidad de China se hace más evidente”.
Por su parte, Norbert Ruecker, estratega jefe de commodities de Julius Baer, añade que “los ‘vientos cruzados’ de las divisas seguirán pesando sobre los precios de las materias primas. Mantenemos nuestra opinión neutral sobre el petróleo y bajista sobre el oro. Las commodities no son un activo para tener en cartera ante un entorno deflacionista que mantendrá las valoraciones bajas y un mercado alcista intacto en las Bolsas”.