China, el petróleo, los emergentes, el resto de materias primas, la salud de la economía, una posible recesión… son los catalizadores para unos, las "excusas" para otros, de las turbulencias por las que atraviesan los mercados financieros. Pero no podemos evitar tener la sensación de que bajo su sombra se ha escondido el principal miedo […]
Dirigentes Digital
| 27 ene 2016
China, el petróleo, los emergentes, el resto de materias primas, la salud de la economía, una posible recesión… son los catalizadores para unos, las "excusas" para otros, de las turbulencias por las que atraviesan los mercados financieros. Pero no podemos evitar tener la sensación de que bajo su sombra se ha escondido el principal miedo de todos: el endurecimiento definitivo de la política monetaria al otro lado del Atlántico.
Al igual que se habla de sobrerreacción, de que el gigante asiático evitará el "aterrizaje forzoso" y de que las commodities lograrán estabilizarse, también se repite como un mantra la idea de que la subidas de tipos de la Fed serán graduales y dependerán de los datos. Sin embargo, esa idea no logra templar los ánimos de unos mercados acostumbrados y, estos sí, muy dependientes de los estímulos del banco central norteamericano. Al tiempo que, las propias estimaciones de la autoridad monetaria apuntan a más repuntes de los que descuenta el consenso, una divergencia que se salda, como vemos, con "dolor".
Y es que, tal y como recuerda el estratega de Citi en España, José Luis Martínez Campuzano, los riesgos sobre los que se "apoyan" las ventas ya existían, "pero, ahora no se compensan como en el pasado por la política monetaria expansiva. O la política monetaria expansiva que aún se mantiene (hablo de QE) desde el Banco de Japón (BoJ por sus siglas en inglés) y el Banco Central Europeo (BCE) no es suficiente para compensarlos como en el pasado".
Quizá, añade, "también, la confianza del mercado en la Fed era mayor. Aunque esto también se puede ver de otro punto de vista: la reacción de la Fed en el pasado ha sido mucho más sensible al mercado, algo que no ha ocurrido en el caso de las autoridades monetarias de la Zona Euro, Japón (ni China). Pero, naturalmente esto puede cambiar. Parte de este cambio ya lo vimos la semana pasada con Draghi. Pero, esta semana le toca al BoJ. Y muy pendientes también del discurso de la Fed tras el FOMC".
El consenso no espera que Yellen "mueva ficha", de hecho, baraja una probabilidad del 12% a que esto ocurra, pero, sí aguarda que en el comunicado posterior a la reunión mencione la reciente inestabilidad de los mercados, los riesgos a la baja del crecimiento económico y su potencial impacto en la economía estadounidense, "dejando claro que no habrá más subidas de tipos hasta que el escenario se clarifique. De ser así, creemos que ello servirá para tranquilizar algo a los inversores, aunque con el actual sentimiento negativo nunca se sabe cómo van a reaccionar", destacan desde Link Securities.
Para Capital Economics el hundimiento de las materias primas, la volatilidad y la aparente desaceleración del PIB durante el cuarto trimestre son todas buenas razones para que la Fed decida, en última instancia, no llevar a cabo el segundo incremento del precio del dinero cuando se espera, esto es, en marzo.
Ahora bien, la firma duda que, a dos meses vista, la autoridad monetaria estadounidense quiera encajonarse a sí misma proporcionando un fuerte guidance respecto a lo que podría suceder en marzo… Incertidumbre y eso, ya saben, es lo que menos gusta a los "soberanos mercados"…