La volatilidad ha llegado para quedarse e inversores y profesionales deben "asumirlo". Las preocupaciones sobre el crecimiento (los más pesimistas barajan incluso la posibilidad de una recaída en la recesión) en China y los emergentes, así como sobre Estados Unidos (como consecuencia del ciclo alcista iniciado por la Fed en diciembre) y los precios de […]
Dirigentes Digital
| 03 feb 2016
La volatilidad ha llegado para quedarse e inversores y profesionales deben "asumirlo". Las preocupaciones sobre el crecimiento (los más pesimistas barajan incluso la posibilidad de una recaída en la recesión) en China y los emergentes, así como sobre Estados Unidos (como consecuencia del ciclo alcista iniciado por la Fed en diciembre) y los precios de las commodities (especialmente la sangría que experimenta el petróleo) van a ser un lastre constante, al menos, hasta que la incertidumbre se despeje y llegue la estabilidad.
Pero lo cierto es que, hoy por hoy, aunque el consenso espera que la economía mundial sea capaz de evitar el peor escenario, no tiene muy claro cuando veremos la luz al final del túnel.
En este turbulento contexto, las estrategias de inversión basadas en los dividendos ganan enteros. "Invertir en dividendos es simple, pero no fácil", nos recuerdan tajantes desde Degroof Petercam AM, pues como deja claro su gestor, Ignace De Coene, en este ámbito "todo gira en torno a la anticipación".
Adelantarse a la caída o recorte de los dividendos y, viceversa, al aumento de los mismos mediante la vigilancia de las rentabilidades futuras. Y para ello llevan a cabo un profundo análisis cuantitativo y cualitativo, vigilando especialmente la salud de los balances y el flujo de caja de las compañías en las que invierten.
Concretamente, para ese ejercicio señalan como temas interesantes la combinación tanto de la rentabilidad por dividendo como del crecimiento del dividendo, empresas con fuertes balances ("para capear el temporal") y cash flow capaz de soportar el dividendo, y Japón y Europa frente a Estados Unidos, pues, al otro lado del Atlántico, están muy centrados en las recompras de acciones.
Así, por ejemplo, buscan diferenciarse centrándose en la rentabilidad potencial y para ello compran rentabilidades bajas que están creciendo, como es el caso de Taylor Wimpey o Baratt Developments. Por otra parte, se mantienen lejos del denostado sector energético (para evitar los recortes de dividendo), de las "trampas de valor" (EON o RWE). Tampoco miran ni a China, ni a Rusia, ni a Brasil, como historias emergentes tienen Singapur o Hong-Kong.
Como ideas originales De Coene señala a BB Biotech, una biotecnológica estadounidense que cotiza con descuento y tiene una rentabilidad por dividendo del 5%; o Japan Airlines, "barata" y que sacará partido del repunte en el turismo en el país del sol naciente. Y en España, destaca Abertis.