En los últimos días estoy recibiendo diferentes notas de análisis valorando el coste que tendría para Reino Unido o para el resto de Europa la salida del primero de la Unión Europea (UE). ¿Quién perdería más? La mera cuestión merece una reflexión. Pero, asumiendo, como lo hace la mera pregunta, que todos perdemos. Reuters publicaba […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
En los últimos días estoy recibiendo diferentes notas de análisis valorando el coste que tendría para Reino Unido o para el resto de Europa la salida del primero de la Unión Europea (UE).
¿Quién perdería más? La mera cuestión merece una reflexión. Pero, asumiendo, como lo hace la mera pregunta, que todos perdemos.
Reuters publicaba ayer mismo un análisis sobre la cuestión.
En definitiva: el debate (la negociación) se centra sobre la posibilidad de que un parlamento nacional pueda bloquear una ley europea. Tan aparentemente sencillo, centrada en algunos casos en un bloqueo temporal. Pero enormemente complejo a nivel europeo, ya que probablemente el propio Parlamento europeo debería ratificarla. ¿Factible? Sí; ¿probable? No.
Partamos de que los sondeos en Reino Unido muestran un empate sobre el Brexit. Nosotros le asignamos una probabilidad menor, no superior al 30%. Un acuerdo sobre la base anterior podría dar fuerza al Gobierno británico para pedir el sí (mantenerse en la zona). No descarten si esto es así que se pudiera adelantar el referéndum a este mismo año (el Primer Ministro Cameron incluso lo ha anticipado para junio si tiene suficientes concesiones europeas). Pero, ¿y si no es así? El límite, lo conocen, es el próximo año. Pero el nerviosismo aumentaría en un contexto, el previsible, de incertidumbre económica y financiera a nivel mundial.
Siguiendo con el análisis de Reuters al que me refería antes, las implicaciones de una hipotética salida de Reino Unido de la UE no sólo serían económicas y financieras, como también en términos de los equilibrios de poder dentro de la zona. ¿Una Europa mucho más cohesionada? No tiene por qué.
Un primer indicio del coste financiero del debate lo reflejaba también ayer mismo FT, mostrando su extrañeza ante la ausencia de datos que mostrara su valoración por el mercado. En definitiva, dejaba abierta una cuestión sobre el riesgo de un exceso de confianza desde los inversores. Ya saben la frase: las crisis ocurren porque no se anticipan. Aunque yo me quedo con esta mucho más productiva: anticipar las crisis es la mejor cura para prevenirlas. ¿Por qué esto no está ocurriendo en el caso del riesgo de Brexit?
Como he dicho al principio, hay una cierta unanimidad en que ambas partes saldrían perdiendo en caso de ruptura. Pero, también existe el convencimiento de que el coste relativo sería mucho mayor para Reino Unido.
Nosotros esperamos que la economía británica modere su ritmo de crecimiento este año hasta niveles del 2%, con la inflación en niveles de 0,6%. ¿Cuál es el principal riesgo a corto y medio plazo en la economía británica? Sin duda, el Referéndum. De hecho, la salida de la UE podría llevar en Reino Unido a una fuerte inestabilidad política y significativa debilidad económica. Por el contrario, no descartamos un escenario a medio plazo de bajo desempleo (por debajo del 5%) y baja inflación (por debajo de objetivos) relativamente estable en caso contrario.
¿Y para la UE? Recordemos que apenas un 4% del comercio del área es con Reino Unido (y con superávit) y la mitad en el caso de servicios (con déficit). En definitiva, el impacto de la ruptura (repito: no es nuestro escenario) sería en teoría limitado. Pero, quedaría por ver el impacto financiero con Reino Unido como importante inversor (cartera e inversión directa) y financiera. Naturalmente, también habría que valorar qué tipo de relación permanecería entre el país y la zona. Y es algo que habría que negociar, probablemente de forma compleja, durante bastante tiempo.
Con todo, hay algo más que me inquieta con respecto al impacto en la Zona Euro de un hipotético Brexit. Y me refiero a una mayor debilidad en el área. En definitiva, simplemente se habría abierto la puerta de salida. Menos tabúes en un futuro social y político muy complicado, a nivel nacional del resto de los países de la UE. Y esto se podría extender también al propio gobierno británico.
José Luis Martínez Campuzano es estratega de Citi en España.