"Evitar la apreciación del euro es la prioridad principal en el corto plazo", afirman los analistas de Bank of America Merrill Lynch. Y para ello, el banquero italiano debe optar por el "pesimismo", es decir, "reconocer sin ambigüedad los riesgos y subrayar la posibilidad de que implementarán más medidas si es necesario". Opinan estos expertos […]
Dirigentes Digital
| 31 ago 2015
"Evitar la apreciación del euro es la prioridad principal en el corto plazo", afirman los analistas de Bank of America Merrill Lynch. Y para ello, el banquero italiano debe optar por el "pesimismo", es decir, "reconocer sin ambigüedad los riesgos y subrayar la posibilidad de que implementarán más medidas si es necesario".
Opinan estos expertos que parece complicado que la autoridad del Viejo Continente vaya "mas allá", especialmente si tenemos en cuenta la incertidumbre en torno a qué hará la Reserva Federal (Fed) en su reunión de septiembre. Posiblemente, apuntan, quizá realice algunos ajustes menores a los activos que pueden formar parte de su programa de compras de deuda (QE), como señal de "buena voluntad".
Con todo, la firma estadounidense cree que las presiones desinflacionistas obligarán a que el BCE, a finales de año, apunte a que estas adquisiciones se extenderán más allá del plazo inicialmente fijado (septiembre de 2016).
Barclays coincide con la idea de que la autoridad monetaria deberá "esbozar un mensaje pesimista", aunque reconocen que "no está claro si los recientes acontecimientos son lo suficientemente graves como para estimular más acciones e impulsar su programa de flexibilización cuantitativa".
Creen que quizá Draghi deje entrever que las reuniones de octubre o diciembre podrían concluir con una reevaluación del QE, especialmente si las revisiones a la baja para las proyecciones de inflación de 2016 y 2017 son notables.
En este contexto, consideran que "el ratio riesgo/beneficio favorece a las operaciones dovish y recomienda un posicionamiento largo en la deuda a cinco años francesa frente a la alemana".
Finalmente, los expertos de Capital Economics se adhieren a la idea de un Draghi destacando la probabilidad (mayor) de más estímulos monetarios en el futuro y, tal vez, "esboce como podría ser proporcionado", loo que ayudaría a reducir las presiones sobre el euro.
Consideran que el movimiento más efectivo para "convencer" a los mercados sería una señal de que se va a aumentar el ritmo de adquisiciones mensuales por encima de los 60.000 millones actuales Asimismo, también podría aumentar a una ampliación del "universo de compras" de su programa y extenderlo, quizá, a deuda regional, por ejemplo.