Niveles no vistos desde 2010 para el índice patrio y máximos desde 2007 para el Stoxx 600, que en el año acumula ganancias del 18% y supera ya las expectativas que el consenso de Bloomberg estimo en enero. El "respiro" dado a Grecia por parte de las autoridades europeas, unido a cierto optimismo en lo […]
Dirigentes Digital
| 20 mar 2015
Niveles no vistos desde 2010 para el índice patrio y máximos desde 2007 para el Stoxx 600, que en el año acumula ganancias del 18% y supera ya las expectativas que el consenso de Bloomberg estimo en enero.
El "respiro" dado a Grecia por parte de las autoridades europeas, unido a cierto optimismo en lo que respecta a las conversaciones de Atenas y sus acreedores, pues parece que la república helena está a punto de presentar por fin su programa concreto de reformas, se suma al optimismo despertado por las compras de deuda (QE) del Banco Central Europeo (BCE) y una Reserva Federal (Fed) sin prisa por subir los tipos.
Un contexto en el que los expertos apuntan a que quizá el rally que experimenta la renta variable del Viejo Continente es más el principio que el fin de "algo", pues, hoy por hoy, las Bolsas son el activo perfecto para los inversores a la caza de rentabilidad.
Sesión de cuádruple hora bruja
Recordemos que este viernes ha sido de cuádruple hora bruja, es decir, el vencimiento de derivados sobre acciones e índices al ser final de trimestre, jornadas que se caracterizan por una elevada volatilidad y volumen de negociación.
Tal y como explican desde Link Securities, este "fenómeno", como suele ocurrir, "condicionará y mucho el comportamiento del mercado de contado, siendo complicado sacar conclusiones sobre el estado real del mismo. Habrá que esperar a la semana que viene para comprobar el impacto real que el tema griego puede llegar a tener en la renta variable y en los bonos europeos".
Volatilidad con billete de ida ¿y vuelta?
Simon Aninat, portfolio Manager de Seeyond, explica que "los bancos centrales han, en cierto modo, distorsionado la realidad en el mercado de la volatilidad, que está anormalmente baja y anormalmente estable a lo que corresponde en un contexto de incertidumbre sobre la recuperación económica global".
Y es que, sus masivas rebajas de los tipos de interés ha traído "un buen rendimiento a los inversores en bonos, pero ha reducido el potencial de retornos futuros de este activo. Como consecuencia, los inversores han empezado a buscar rentabilidades alternativas, por ejemplo aumentando el riesgo vía acciones; pero también vendiendo volatilidad para lograr la prima de riesgo que provoca una situación de fuertes oscilaciones de mercado y obtener así rendimiento".
Así, opina que la "consecuencia" de esta nueva realidad es que si en algún momento hay incertidumbres en torno a las autoridades monetarias, como ocurrió, por ejemplo, con el tapering en junio de 2013 o con las especulaciones en torno a la subida de tipos de la Fed, "la volatilidad puede dispararse de manera abrupta, como experimentamos en octubre de 2014".
Así las cosas, concluye: "Teniendo en cuenta que los bancos centrales de todo el mundo van a mantener políticas laxas en 2015, esperamos que la volatilidad permanezca artificialmente baja de media. Sin embargo, con algunos períodos que serán clave por delante (cuando la Fed empiece a subir tipos o cuando se empiecen a notar los efectos del QE europeo) sí esperamos que se puedan ver movimientos bruscos a muy corto plazo en el mercado a lo largo del próximo año".