Según las últimas cifras publicadas por la prensa local, la "sangría" de depósitos ha continuado, sumando 10.000 millones desde febrero, a los 17.000 millones de salidas registrados desde diciembre. En datos acumulados, se ha producido un descenso del 15% desde finales de noviembre del año pasado. Es más, sólo este miércoles, la banca helena habría […]
Dirigentes Digital
| 20 mar 2015
Según las últimas cifras publicadas por la prensa local, la "sangría" de depósitos ha continuado, sumando 10.000 millones desde febrero, a los 17.000 millones de salidas registrados desde diciembre. En datos acumulados, se ha producido un descenso del 15% desde finales de noviembre del año pasado.
Es más, sólo este miércoles, la banca helena habría sufrido salidas de depósitos por importe de 300 millones, el nivel más alto en un sólo día desde que Atenas llegara a un acuerdo con sus acreedores el pasado 20 de febrero. Es hito llega en medio de noticias negativas e incertidumbres en torno a las negociaciones de ambas partes, con el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, sugiriendo que el país podría necesitar "controles de capital" al estilo de los de Chipre.
"En conjunto, la pérdida de dinamismo de la economía (y, en particular, de las finanzas públicas) unido al progreso mínimo de las conversaciones, creemos que incrementa sustancialmente el riesgo de tener que imponer restricciones a los pagos externos y domésticos", afirman los expertos de Barclays.
Varios medios, destaca la firma, han informado de que Grecia podría quedarse sin dinero antes de fin de mes cuando deba hacer frente al pago de salarios y pensiones. "Creemos que estas medidas de control de capital podrían ponerse en marcha más pronto que tarde para evitar una espiral autodestructiva", reitera.
En este sentido, aunque estos analistas mantienen que las consecuencias de una salida de Atenas del euro no implicaría un riesgo importante de contagio para el resto de países periféricos, gracias a los cortafuegos establecidos en los últimos cinco años.
Sin embargo, a corto plazo, podríamos asistir a un notable aumento de la volatilidad en los mercados de deuda si se anunciarán controles de capital. Eso sí, los movimientos se verán limitados por la solida posición del sistema financiero de la región, junto con los mecanismos de respaldo ya implementados y las compras de deuda (QE) del Banco Central Europeo (BCE).