Se ha filtrado al mercado que el Fondo Monetario Internacional (FMI) estaría presionando a los acreedores de Atenas, la ‘Troika’, para que acepten una quita de la deuda sino quieren que abandone la mesa de negociaciones del tercer programa de ‘ayuda’ al país. El primer ministro, Alexis Tsipras, ha preguntado a la directora gerente del […]
Dirigentes Digital
| 04 abr 2016
Se ha filtrado al mercado que el Fondo Monetario Internacional (FMI) estaría presionando a los acreedores de Atenas, la ‘Troika’, para que acepten una quita de la deuda sino quieren que abandone la mesa de negociaciones del tercer programa de ‘ayuda’ al país. El primer ministro, Alexis Tsipras, ha preguntado a la directora gerente del organismo, Christine Lagarde, por la confianza que pueden tener con la institución que parece abocarles al default. Y la política francesa ha respondido que estas especulaciones son un "sinsentido".
"El incidente de este fin de semana me lleva a preocuparme sobre hasta qué punto podremos progresar en un clima de extrema sensibilidad en ambos frentes", ha escrito. Con todo, concluía, "he decidido permitir a nuestro equipo volver a Atenas para continuar con las conversaciones".
Una y otra vez, en lo que respecta a Grecia parece que nos encontramos en un ‘callejón sin salida’: "Para el Gobierno que pierde popularidad, es el FMI el que tiene la culpa de la falta de avances. Para el FMI que oficialmente no participa en la asistencia financiera, sin nuevos ajustes estructurales será un nuevo (y son varios ya) rescate fallido. Para el resto de los acreedores europeos, con la crisis de los refugiados, no es el momento de entrar en nuevos conatos de inestabilidad", explica Citi.
El broker estadounidense habla de "viejos problemas no resueltos que renacen. Y esto es muy importante al considerar la existencia de problemas estructurales que se enfrentan con medidas coyunturales. O que simplemente se pretenden obviar. El paso del tiempo no los soluciona".
Y Capital Economics añade a la ecuación los "crecientes costes financieros y políticos de la crisis de los refugiados". En su opinión, otra "razón más para pensar que el acuerdo aún puede fracasar". El propio FMI ha calculado que el drama de los migrantes no costará al Ejecutivo heleno más de 250-300 millones de euros este año. Pero, ya a finales de 2015, el banco central del país cifraba las necesidades en 600 millones, en el supuesto de recibir 12.500 personas. Mientras, el Gobierno heleno estima ahora que llegarán hasta 50.000, lo que implica que los gastos podrían cuadruplicarse hasta alcanzar los 2.400 millones…
Aunque la Comisión Europea (CE) ‘abra la mano’ ante "circunstancias fuera de control del Ejecutivo", la firma señala que "cualquier gasto adicional se añadirá a una carga de deuda ya insostenible. Esto hará que la perspectiva de Grecia de volver a los mercados y sostenerse por sí misma sea aún menos probable. Al tiempo que las tensiones financieras y sociales domésticas derivadas de la crisis de los refugiados están causando riesgos políticos que dificultan la tarea de aprobar las reformas necesarias y la austeridad comprometida". El próximo gran pago, recuerdan, será en julio al Banco Central Europeo (BCE)…
Algo más confiados se muestran desde Bank of America Merrill Lynch. Aunque reconocen que Atenas deberá digerir varios shocks: controles de capital, recapitalización de la banca, más ajustes… También creen que, sino se produce ningún problema político importante, el crecimiento, eso sí tenue, podría volver a finales de 2016. Advierten, eso sí, que Grecia debe aprobar la reforma fiscal y de las pensiones, y evitar la celebración de nuevas elecciones, evitando las que serían las terceras elecciones en un año y, sobre todo, intentando meterse dentro del programa de compras de activos (QE) del BCE para otoño.
Por un repunte del PIB ‘plano’, en el mejor de los casos, apuesta Barclays. "La posición financiera del país, apenas asegurada hasta la primera mitad de año probablemente exacerbe las tensiones políticas. Grecia tiene potencial para volver a los titulares, esta vez en un escenario político europeo más frágil. De hecho, no podemos descartar completamente que el espectro del Grexit regrese".