Tal y como recuerdan, la Zona Euro registró un modesto crecimiento del 1,5% en 2015 y "vemos varios motivos por los que esta dinámica se mantendrá en 2016, como las nuevas medidas anunciadas por el Banco Central Europeo (BCE), una política fiscal menos restrictiva y el menor coste de la energía". Reconocen que algunas empresas […]
Dirigentes Digital
| 15 feb 2016
Tal y como recuerdan, la Zona Euro registró un modesto crecimiento del 1,5% en 2015 y "vemos varios motivos por los que esta dinámica se mantendrá en 2016, como las nuevas medidas anunciadas por el Banco Central Europeo (BCE), una política fiscal menos restrictiva y el menor coste de la energía". Reconocen que algunas empresas se verán perjudicadas por la debilidad del comercio internacional y la desaceleración de la economía china y de otros mercados emergentes. "No obstante, creemos que, en general, estos factores negativos serán contrarrestados por los motores domésticos que impulsan el crecimiento de la región", explican, asegurando que, en este entorno, "los inversores activos harán bien en mantener sus exposiciones a activos de riesgo europeos".
Es evidente que la mejora económica de la que hablan los expertos no se ha reflejado en los mercados de renta variable de la región. "Las turbulencias experimentadas por los mercados mundiales suelen tener un efecto desproporcionado en las bolsas europeas que provoca que los precios de los activos caigan más en Europa que en Estados Unidos, independientemente de las causas", indican los expertos. Y es que, a su juicio, la desconfianza en la recuperación se ve exagerada por noticias como el Brexit, el terrorismo y la crisis migratoria. "El resultado de este escepticismo es que las valoraciones continúan siendo relativamente atractivas".
Desde la gestora recuerdan además que la rentabilidad por dividendo resulta particularmente atractiva en el contexto regional si tenemos en cuenta que una fuente tradicional de rentas como el bund alemán a 10 años tan solo rinde el 0,3%. Además, se espera que los dividendos crezcan un 6% en 2016. Pero advierten: "El débil entorno mundial subraya la importancia de ser selectivos".
Con esa premisa bajo el brazo, desde JP Morgan AM siguen apostando por la Bolsa europea gracias a la fortaleza del consumo interno, el respaldo de las políticas monetaria y fiscal y un crecimiento de beneficios y unas valoraciones relativamente atractivos. Pero la debilidad del comercio mundial afectará negativamente a muchos sectores "y no podemos dar por hecho que todas las partes del mercado registrarán avances en los próximos meses".
Para esos inversores activos y selectivos, recuerdan que a pesar de que los beneficios generados en la región de Asia Pacífico solo representan el 12% del total de los ingresos paneuropeos, "varios sectores se verán especialmente afectados por la desaceleración del crecimiento en China y en los mercados emergentes", señalando directamente a empresas de materiales o energéticas. Mejor alejarse de estos segmentos. En el lado positivo de la balanza sitúan a los sectores más orientados a la economía doméstica, como seguros o telecomunicaciones. "Pero incluso aquí hay excepciones: muchos bancos, por ejemplo, podrían verse afectados negativamente por la exposición a mercados emergentes o, como en el caso de Italia, por los persistentes temores sobre los préstamos morosos, factores que se han reflejado en el mal comportamiento registrado por los valores bancarios en lo que llevamos de año", explican.
Las compañías que a su juicio más se beneficiarán de la recuperación serán las de pequeña y mediana capitalización. "Las small caps europeas suelen generar un 65% de sus ingresos en el Viejo Continente, frente al 50% de las grandes capitalizadas", recuerdan los expertos.