Las esperanzas ante la posibilidad de alcanzar un acuerdo pionero para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero son muy elevadas y podría ser alcanzado en la próxima Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas en París. Anticipándonos a esta cumbre que comenzará a finales de noviembre, estamos viendo cómo podrían verse […]
Dirigentes Digital
| 25 nov 2015
Las esperanzas ante la posibilidad de alcanzar un acuerdo pionero para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero son muy elevadas y podría ser alcanzado en la próxima Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas en París. Anticipándonos a esta cumbre que comenzará a finales de noviembre, estamos viendo cómo podrían verse afectadas negativamente las carteras por los esfuerzos de los responsables políticos para reducir las emisiones de origen humano e impulsar y poner en el foco a las empresas innovadoras que ayudan a luchar contra ellas.
El cambio climático se ha convertido en un problema mundial urgente, sobre el que ahora incluso el papa Francisco realiza extensos comentarios, como en su última carta: "El clima es un bien común, que pertenece a todos y tiene implicaciones para todos. A nivel mundial, es un sistema complejo vinculado a muchas de las condiciones esenciales para la vida humana. Un sólido consenso científico indica que actualmente estamos asistiendo a un calentamiento perturbador del sistema climático. La humanidad está llamada a reconocer la necesidad de cambios en el estilo de vida, la producción y el consumo, con el fin de combatir este calentamiento o al menos las causas humanas que lo producen o agravan".
Los mayores contaminadores del mundo, Estados Unidos y China parecen compartir cada vez más sus preocupaciones. Si la reciente postura más suave de los dos países en temas climáticos sirve de modelo, nos encontramos en un punto de inflexión. Renunciando a su postura desde hace tiempo, ambos gobiernos han admitido que las emisiones realizadas por el hombre probablemente tienen un impacto desestabilizador sobre el clima. Son estas cuestiones las que se abordarán en la conferencia sobre el clima en la capital francesa, y "París" bien podría anunciar una nueva era de grandes esfuerzos para frenar el aumento de la temperatura en las próximas décadas.
De manera crítica, la política y la regulación promoverán la tecnología "limpia" y desalentarán las emisiones de carbono. Esto tendrá consecuencias de gran alcance para la sociedad, los países, los sectores económicos y no menos importante, para los partícipes del mercado. Mark Carney, Gobernador del Banco de Inglaterra, advirtió recientemente que los inversores se enfrentan a pérdidas "potencialmente enormes" derivadas del cambio climático. En referencia a la valoración de las compañías petroleras, señaló que la posibilidad de que algunas de sus reservas de petróleo sigan sin explotarse, puede no estar reflejada adecuadamente en los precios de las acciones. Este sería un escenario inquietante no sólo para ExxonMobil, BP o Total, por ejemplo, si no también para los fondos de pensiones y los inversores privados, dado el gran peso de las principales petroleras en los índices de renta variable. De la misma manera, los países que dependen de los ingresos de los combustibles fósiles se enfrentarán a serios desafíos a largo plazo con consecuencias potencialmente nefastas para sus calificaciones de crédito y divisas si fracasan al adoptar una estrategia de diversificación adecuada en el momento oportuno.
Por tanto, un cambio en las políticas podría tener un efecto inmediato en todos los sectores industriales y, por consiguiente, en las carteras: durante este verano, un nuevo plan climático estadounidense alcanzó inesperadamente al gas pizarra al mismo tiempo que la Casa Blanca abandonaba su entusiasmo anterior por el gas natural como una alternativa más limpia al carbón, y se centraba en las energías "renovables" como un medio de reducir las emisiones de gases invernaderos de las plantas energéticas. La transición hacia una economía más baja en carbono se está convirtiendo en una tendencia de gran alcance. La Agencia Internacional de la Energía estimó que limitar el calentamiento global a niveles aceptables requerirá inversiones adicionales en energías "limpias", que se situarán alrededor de 1 billón de dólares al año. Por lo tanto, los partícipes del mercado deberían buscar exposición a empresas que puedan beneficiarse de este cambio a largo plazo. Por el contrario, los inversores deberían revisar sus participaciones en empresas y sectores que puedan estar en el lado perdedor de esta "megatendencia".
Christophe Bernard, director de estrategia en Vontobel AM.