El yihadismo golpea con fuerza a Libia con una ofensiva de grupos vinculados con el Estado Islámico que busca controlar la capital y puntos estratégicos como puertos petroleros. El último ataque ha sido con un coche bomba en la ciudad de Zlitan, muy cerca de Trípoli, en una base militar gubernamental.
El vehículo se aproximó a las instalaciones conducido por un suicida hasta chocar contra la puerta de la base. Las víctimas mortales ascienden a casi cincuenta fallecidos aunque no hay cifras oficiales .
El intento de asalto supone una intensificación de la ofensiva de los yihadistas en Libia, que en 2015 aprovecharon el conflicto político y militar entre los gobiernos rivales de Trípoli y Tobruk para asentar su posición y ampliar su territorio.
En el últimos doce meses, los radicales se han establecido en la localidad de Derna, fronteriza con Egipto, han penetrado en barrios de la ciudad de Bengasi, la segunda en importancia del país, y conquistado la mayor parte de Sirte, urbe costera situada a unos 450 kilómetros de Trípoli.