Riad pensaba que sacar a sus competidores del mercado petróleo de manera rápida y letal. El avance de las técnicas de fracking en Estados Unidos y el aumento de producción de Rusia había rascado en los últimos años cuota de mercado mundial y planteaba una seria amenaza para Arabia Saudí. Desde verano del año pasado […]
Dirigentes Digital
| 16 oct 2015
Riad pensaba que sacar a sus competidores del mercado petróleo de manera rápida y letal. El avance de las técnicas de fracking en Estados Unidos y el aumento de producción de Rusia había rascado en los últimos años cuota de mercado mundial y planteaba una seria amenaza para Arabia Saudí. Desde verano del año pasado el crudo no ha parado de caer provocado por un descenso de la demanda mundial. Riad aprovechó la coyuntura para consolidar el estatus hegemónico no reduciendo su producción para adecuarse al actual contexto, lo que ha impulsado la caída de la cotización del crudo, por debajo de sus fundamentales, poniendo en jaque a la economía mundial.
Desde máximos del verano de 2014, el petróleo registra un descenso acumulado del 45%. Lo que iba a ser una operación relámpago se está enquistando. Mientras Rusia ha entrado en una profunda recesión, Estados Unidos está aguantado el envite. Según estimaciones de Rystad Energy, el precio medio que rentabiliza la explotación del shale se sitúa en los 62 dólares por barril, una cifra 2,5 veces superior a la de Arabia Saudí, donde la extracción de petróleo es a más rentable del planeta.
El sector estadounidense de esquisito está sufriendo pero a un menor ritmo desde que comenzó el desplome y el petróleo bajó de la barrera de los 60 dólares. El número de plataformas petrolíferas en funcionamiento ha caído hasta mínimos desde 2011. Asimismo, el número de licencias de explotación shale también se ha reducido, desde las cerca de 3.000 mensuales que se concedían en septiembre de 2014 hasta las 1.500 en diciembre de 2014.
"Con los precios actuales, una parte de la oferta no resulta rentable, lo cual debería contribuir a una paulatina subida del precio del petróleo, puesto que los productores más afectados por la menor rentabilidad recortarán sus inversiones, lo que generará una reducción de la oferta a medio plazo", explica en un reciente informe el servicio de estudios de CaixaBank.
La clave de la batalla desatada por Riad está en cuánto cuesta extraer el crudo. "El coste de producción del petróleo depende tanto de la región como del tipo de extracción: el petróleo más barato de extraer es, precisamente, el continental de Oriente Medio, seguido a cierta distancia por el marino de plataforma y por el petróleo ruso continental. Entre los más caros está el petróleo shale o de esquisto norteamericano", indican desde la entidad.
Aunque Arabia Saudí forma parte de la OPEP, la Organización de Países Exportadores de Petróleo, no está teniendo en cuenta a sus socios para controlar el precio de crudo con mano de hierro, a pesar de las súplicas de otros países como Venezuela, que necesitan precios elevados para que sus economías sean estables. El país cuenta con el 10% de la producción mundial y más del 30% dentro del cártel.
En las reuniones del cártel ha mantenido su posición, sin embargo la guerra de precios ha entrado en una fase por factores geopolíticos. Por un lado, el levantamiento de sanciones económicas en Irán tras el acuerdo nuclear ha puesto a un nuevo jugador a medio plazo, un importante jugador: enemigo de Riad y que desafía la hegemonía en Oriente Medio, séptimo productor mundial de petróleo y cuarto en reservas. "Las consecuencias potenciales de la vuelta del petróleo iraní a los mercados occidentales pueden ser significativas. Si las previsiones de Irán se cumple, el bombeo de crudo de Teherán podría llevar a duplicar la sobre-oferta creada por Arabia Saudí. Irán puede competir en costes de producción con estos países y arrebatarles parte de cuota de mercado", indican los expertos de CaixaBank. A Arabia Saudí no le quedará más remedio que retirar su estrategia o volverse más agresivo.
Por otro lado, la destabilización de Oriente Medio con Siria en el epicentro del conflicto está moviendo las fuerzas de influencia en la zona. La intervención de Rusia en apoyo de Al Asad supone un desafío para Riad. Los dos países han acordado coordinarse sobre Siria. Abiertas las relaciones diplomáticas acerca la posibilidad de que Riad cambie su estrategia energética a cambio de ganar peso político en Siria. Uno de los objetivos del reino saudita era obligar a Rusia a bajar su producción. Putin ha sido invitado a la próxima reunión de la OPEP del jueves, con lo que Arabia Saudí puede mover ficha en breve.