En las últimas décadas el sudeste asiático ha encarnado el mito del milagro económico. Atrás quedó la crisis de las divisas asiáticas a finales de los noventa, cuando Tailandia quebró en una mezcla de estallido de burbuja inmobiliaria, una deuda insostenible y la caída en picado del Bath. El colapso del país arrastro a vecinos como Indonesia, Corea del Sur, Malasia, naciendo la primera crisis financiera global, que tuvo consecuencias en todo el mundo. Veinte año después los países, que conforman Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, conocido por ASEAN, por sus siglas en inglés, van inaugurar una nueva etapa histórica con la creación de su propia Comunidad Económica.
Es el colofón a casi veinte años de crecimiento sostenido alrededor de un 5% y de duros sacrificios de reformas y lecciones aprendidas que les ha convertido en unas de las regiones más dinámicas del mundo. Para este año, las previsiones del FMI es que crezcan al 6,6%, 1,6 puntos básicos más que el conjunto de países emergentes y casi el triple que las economías desarrolladas.
El nuevo club creará un mercado único de 10 países (Tailandia, Singapur, Malasia, Indonesia, Brunei, Filipinas, Camboya, Laos, Myanmar y Vietnam) con 600 millones de consumidores. Es la décima potencia económica del mundo con un PIB de 2.400 billones de dólares y renta per cápita de 3.900 dólares anuales. "Una gran parte de los países de Asia Oriental sufrieron devastadoras consecuencias a causa de la crisis asiática de finales de los años 90 del siglo pasado. De aquella crisis, algunos países aprendieron importantes lecciones y pusieron en práctica políticas económicas que han hecho de Asia Oriental la región más dinámica en las últimas dos décadas", explica el fenómeno Amadeo Navarro, analista de Real Instituto Elcano.
El ASEAN comparte muchas cosas en común con la Unión Europea como la liberalización e integración de los mercados gracias a la libre circulación de personas, mercancías y capitales, pero sin compartir una divisa común. "La nueva zona económica permitirá acelerar el crecimiento de países menos desarrollados en la región como Burma o Vietnam al contar con transferencia de conocimiento y mejores prácticas de países más desarrollados como Singapur o Malasia", señala Rafael Calderón, experto en economías de Asia y que trabaja en Booz&Co, asesorando
empresas y gobiernos en Malasia.
Los países más desfavorecidos aportarán su mano de obra barata a corto plazo, pero lo que es más importante, a largo plazo será el motor económico del resto por el crecimiento de una clase media con el consumo como palanca del cambio. La ONU prevé que con el cambio económico en 2020 la población de clase media en Tailandia, Filipinas e Indonesia alcance los 196 millones de personas, lo que supondrá importantes cambios en la demanda de bienes alimenticios y de consumo, y también un aumento de la demanda de bienes de equipo, manufacturas y semimanufacturas.