La compañía SmartFlash, la cual su sustento se basa en la creación de patentes para vender sus regalías a las empresas tecnológicas, demandó a Apple por el uso ilícito de una patente registrada por la compañía. Según SmartFlash, la aplicación de iTunes de Apple usa la patente de almacenamiento de datos y gestión del acceso […]
Dirigentes Digital
| 02 jun 2016
La compañía SmartFlash, la cual su sustento se basa en la creación de patentes para vender sus regalías a las empresas tecnológicas, demandó a Apple por el uso ilícito de una patente registrada por la compañía. Según SmartFlash, la aplicación de iTunes de Apple usa la patente de almacenamiento de datos y gestión del acceso a través de los sistemas de pago, registrada por SmartFlash, la cual se supone que los de Cupertino usaban en algunos juegos que podían obtenerse dentro de la App Store.
La demanda fue dirigida no solo a Apple, sino también a aquellas desarrolladoras que hacían uso de la patente sin autorización. Estas compañías decidieron retirar todo rastro de esta patente en sus juegos para no ir a los tribunales. Sin embargo, Apple estaba convencido de que las patentes de SmartFlash eran inválidas, por lo que terminó acudiendo a los tribunales.
Aunque la empresa de patentes pidió en un principio 852 millones en compensación, la sentencia condenó a Apple a pagar 533 millones por el uso ilícito de las patentes de SmartFlash. Sin embargo, tras recurrir la sentencia, la nueva resolución ha suspendido la condena.
La patente principal por la que fue demandada la empresa de la manzana tiene que ver con el almacenamiento de datos y gestión del acceso a través de los sistemas de pago, lo cual ha sido declarado "inherentemente" abstracto por el juez del caso. Este ha considerado que la idea de almacenar y pagar por los datos es un concepto abstracto, no es una invención determinada.
No obstante, aunque la compañía de Tim Cook se ha librado de pagar los 533 millones, el caso aún no se ha zanjado. SmartFlash puede pedir a la prueba de Patentes y Junta de Apelación que reconsidere el veredicto y, si eso no funciona, presentar una apelación ante la Corte de Apelaciones de Estados Unidos.