Arabia Saudí vuelve a imponer su criterio de no tocar la producción de crudo. La vuelta al mercado de Irán, el repunte de los precios en las últimas semanas y la clara ventaja que le ofrece niveles bajos de cotización favorecen la estrategia de Riad para ganar cuota de mercado.
Pero miembros con menos peso que los dos gigantes petroleros están desesperados para que el petróleo aumente su cotización. El ministro de Energía de Qatar, Mohamed bin Saleh al Sada, ha dicho que los 50 dólares actuales por barril "no es un precio justo".
También el ministro de Energía de Emiratos Árabes Unidos, Suhail Al Mazrouei, espera que la apreciación del "oro negro" continúe en los próximos meses. Pero quien manda en la OPEP es Arabia Saudí, que es el principal productor, sin él no hay posibilidad de influir en el mercado por mucho que el resto de países recorten la producción.
Por si quedaba alguna duda el nuevo ministro de Petróleo de Arabia Saudí, Jalid al Falih, ha asegurado que su país busca la estabilidad del mercado y no quiere un "shock" petrolero que ponga en peligro la recuperación económica.
En otro orden de cosas, la OPEP ha nombrado al nigeriano Mohammed Barkindo como nuevo secretario general de la organización petrolera, después de varios años de bloqueo para elegir un nuevo secretario por el enfrentamiento entre Arabia Saudí e Irán.