El Índice de Percepción de Corrupción, que desde 1995 elabora la organización Transparencia Internacional, mide en una escala de cero (percepción de muy corrupto) al cien (percepción de ausencia de corrupción) los niveles de corrupción en el sector público de un país. En el caso de Venezuela, es el país percibido como más corrupto en […]
Dirigentes Digital
| 04 dic 2014
El Índice de Percepción de Corrupción, que desde 1995 elabora la organización Transparencia Internacional, mide en una escala de cero (percepción de muy corrupto) al cien (percepción de ausencia de corrupción) los niveles de corrupción en el sector público de un país. En el caso de Venezuela, es el país percibido como más corrupto en Latinoamérica con el puesto número de 161 (y con sólo 19 puntos), de los 175 analizados.
Por detrás de Venezuela aparece Paraguay, en el puesto 150 con 24 puntos. Después están Nicaragua (puesto 133), Honduras (126), República Dominicana (115) o Guatemala (115). Entre los puestos intermedios en Latinoamérica aparecen Argentina (107), México (103) Colombia (94) o Brasil (69). Algo mejor posicionados están Chile (puesto 21), Uruguay (21), Puerto Rico (31) o Costa Rica (47).
Entre las razones que han llevado a Venezuela a ser percibido así están la falta de libertad de expresión y la alta tolerancia del Gobierno a la corrupción aunque hay que matizar que la organización mide la corrupción ligada a partidos políticos sino a las instituciones públicas.
También se observan graves problemas de corrupción y lavado de dinero en los demás países BRIC, según apunta Transparencia Internacional. Este año ha trascendido que una de las principales compañías petroleras habría utilizado sociedades secretas para sobornar a políticos en Brasil.
Suspenso generalizado
En esta vigésima edición del Índice de Percepción de la Corrupción, más de dos tercios de los 175 países incluidos en el mismo han obtenido una puntuación inferior a 50. Dinamarca y Nueva Zelanda se sitúan en las dos primeras posiciones de 2014, con una puntuación de 92 y 91 respectivamente, mientras que Corea del Norte y Somalia comparten el último lugar, con sólo 8 puntos.
Por otra parte, la puntuación de varios países ha tenido un aumento o descenso de al menos cuatro puntos. Los descensos más marcados son los de Turquía (-5), así como Angola, China, Malawi y Ruanda (todos ellos -4), ello a pesar de haber tenido en algunos casos un crecimiento económico promedio de más del 4 por ciento en los últimos cuatro años. Las mejoras más notables son las de Costa de Marfil, Egipto, San Vicente y las Granadinas (+5), Afganistán, Jordania, Mali y Suazilandia (+4).
Abuso de poder
"El Índice de Percepción de la Corrupción 2014 pone de manifiesto que, cuando líderes y altos funcionarios abusan de su poder para usar fondos públicos en beneficio propio, el crecimiento económico se ve minado y los esfuerzos por frenar la corrupción quedan frustrados", según José Ugaz, presidente de Transparency International, quien señala, además, que "los países en las posiciones inferiores deben adoptar medidas drásticas contra la corrupción y a favor de su población. Los países en las mejores posiciones del índice deberían asegurarse de no exportar prácticas corruptas a países en desarrollo".
Cómo combatirla
Transparencia Internacional insta a los países que ocupan las primeras posiciones del índice – y donde hay limitados niveles de corrupción del sector público- a renunciar a prácticas que fomentan la corrupción en otros lugares, redoblando sus esfuerzos por prevenir el lavado de dinero e impedir que sociedades opacas oculten sus actividades corruptas.
Dinamarca, que ostenta el mejor resultado del índice, demuestra una profunda consolidación del estado de derecho, apoyo a la sociedad civil y normas claras que regulan la actuación de quienes ocupan funciones públicas, y ha adoptado a su vez una medida ejemplar en noviembre, al anunciar que prevé crear un registro público con información sobre propietarios y titulares finales de todas las sociedades constituidas en ese país. Esta medida, similar a aquellas anunciadas por el Reino Unido y Ucrania, significará mayores escollos para los corruptos que pretendan ocultarse detrás de sociedades constituidas en nombre de terceros.