Con 64 votos a favor y 35 en contra, el Senado estadounidense ha rubricado la ampliación del techo de la deuda hasta marzo de 2017. Y lo hacía después de que la Cámara de Representantes hubiese aprobado las cuentas con el apoyo de 266 congresistas y la oposición de otros 167, la mayoría del Partido […]
Dirigentes Digital
| 02 nov 2015
Con 64 votos a favor y 35 en contra, el Senado estadounidense ha rubricado la ampliación del techo de la deuda hasta marzo de 2017. Y lo hacía después de que la Cámara de Representantes hubiese aprobado las cuentas con el apoyo de 266 congresistas y la oposición de otros 167, la mayoría del Partido Republicano.
Se da la circunstancia de que estos presupuestos han sido aprobados con el respaldo de los demócratas (que se encuentran en ambas cámaras pero en minoría) y el rechazo de gran parte de los republicanos, que controlan al completo el poder legislativo.
El acuerdo ha sido negociado ‘en secreto’ entre el presidente de la Cámara, John Boehner, republicano por Ohio, la líder de la Minoría en la Cámara, Nancy Pelosi, demócrata por California, el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, republicano por Kentucky y el líder de la minoría en el Senado, Harry Reid, demócrata por Nevada.
Además, según el portavoz de la Casa Blanca, Eric Schultz, "el presidente Barack Obama se implicó personalmente en las negociaciones con los jefes de las filas parlamentarias demócratas y republicanas".
Este acuerdo aleja el riesgo de un ‘default’ para el resto de la presidencia de Obama. Precisamente será el presidente de Estados Unidos quien haga efectivos estos presupuestos con su firma. "Este nuevo presupuesto es un recordatorio de que Washington aún puede optar por ayudar en el progreso del país en lugar de obstaculizarlo", decía Obama, para quien, además, "este acuerdo hará que se cree empleo, se impulse el crecimiento económico y se fortalezca a la clase media". Según el Ejecutivo estadounidense, el aumento de gastos impulsará un 0,3% el PIB estadounidense y creará 340.000 empleos nuevos.
El Departamento del Tesoro ya había alertado de que, si no se aprobaba "un nuevo aumento del techo de la deuda que permitiera al Gobierno seguir tomando prestado dinero para pagar sus gastos operativos, se corría el riesgo de que el Gobierno federal entrase en suspensión de pagos el 3 de noviembre".
"El aumento del gasto evitará un cierre parcial del Gobierno en diciembre", cuando vencerá la actual dotación de fondos para las agencias federales, y se evitará una situación como la que se vivió en 2013, cuando la Administración se vio obligada a cerrar durante varias semanas precisamente por la falta de acuerdo presupuestario.
El presidente Obama ha instado, además, a los legisladores a trabajar en otras medidas "sin ser frenados por condiciones ideológicas".
El acuerdo presupuestario
Gracias a este acuerdo hasta marzo de 2017 no se aplicará el techo de la deuda federal que limita la capacidad del Tesoro para pedir préstamos, y, además, se acabará con la amenaza de un incumplimiento de pagos nacional.
El límite del gasto federal se aumentará en 80 mil millones dólares. En concreto el Estado Federal gastará 1.067 millones de dólares en 2016 (50.000 millones más que el límite inicial) y 1.070 millones en 2017 (30.000 millones más).
Este presupuesto representa alrededor un tercio de los gastos totales del Estado. La mitad del dinero será destinado a Defensa que se beneficiará también en los próximos dos años de 31.000 millones de fondos excepcionales destinados a las ‘Operaciones de Contingencia en el Exterior’ (OCO), relacionadas con los conflictos en el exterior y la guerra contra el terrorismo.
El acuerdo contempla, además, un incremento del gasto doméstico.
Para minimizar el impacto de los déficits presupuestarios, el acuerdo eleva las tarifas e impuestos gubernamentales e impone otros recortes a largo plazo en programas sociales para ancianos, las prestaciones por discapacidad, la seguridad social o el sistema sanitario Medicare. El plan del Congreso apenas trata el creciente coste de los jubilados, que ahora representa la mayor fuente de gastos federales. El año pasado, solo el Seguro Social y Medicare costaron 1,45 billones de dólares en un presupuesto de 3,5 billones.
A pesar de ello, para el presidente del consejo de economistas de Obama, Jason Furman, este acuerdo se trata de "un gran paso adelante para nuestra economía".