La situación de Petrobras comienza a ser insostenible. La compañía ha anunciado una pérdidas de 10.000 millones de dólares en 2015, que supone prácticamente el doble que el ejercicio anterior, y una deuda 108.679 millones de dólares.
Pese a ello, el presidente de la compañía, Aldemir Bendine, se ha mostrado optimista respecto a los resultados, "a la par de un resultado contable negativo, tuvimos un resultado de gestión positivo: La empresa después de ocho años presentó una generación de flujo de caja positivo. Las despensas administrativas bajaron y tuvimos reducción de nuestra deuda líquida".
El beneficio bruto de explotación Ebitda, por su parte, fue de 20.493 millones de dólares, que representan un aumento del 25% frente a 2014. Pero la cifra de negocio bajó un 4,6% hasta los 89.212 millones de dólares.
Los dirigentes de la petrolera han achacado los malos resultados al desplome del petróleo y a la depreciación del real brasileño. La moneda local registró una caída del 48% frente al dólar, después de que la economía brasileña sufriera varios recortes en su rating.