Para ello ha diseñado un plan de optimización de su estructura financiera que contempla la desinversión de hasta un 13% de su cotizada en Nueva York, Abengoa Yield, por unos 230 millones de euros a precios actuales de mercado, así como la venta de activos a esta misma filial por un máximo de 200 millones de dólares (160 millones de euros) y la creación de una ‘joint venture’ para invertir en proyectos de renovables.
Abengoa dispone en la actualidad de un 64% de la filial, de modo que la venta de hasta el 13% que se reducirá al menos un 51% su participación. La compañía ha explicadoque venderá un máximo de 10,6 millones de títulos de Abengoa Yield a través de una oferta pública secundaria condicionada a la situación del mercado y conforme a las reglas del supervisor del mercado estadounidense, la SEC.
Las acciones de Abengoa Yield, una sociedad creada con el objetivo de agrupar activos renovables y atraer inversores para desarrollar nuevos proyectos, cerraron ayer a un precio de 26,95 dólares, de modo que la venta de estos títulos puede alcanzar un valor máximo de unos 285 millones de dólares (230 millones) a precio de mercado.
La compañía acelerará la venta de activos a la filial a través de una segunda operación "en fase de negociación" y de una tercera "ya en discusión", cuyo importe se situará entre unos 170 millones y 200 millones de dólares (entre 140 millones y 160 millones de euros).
"Seguimos trabajando para fortalecer el modelo financiero de nuestra compañía con el objetivo de asegurar el éxito de Abengoa en mercados de alto crecimiento alrededor del mundo", aseguró el consejero delegado de la compañía, Manuel Sánchez.
"Queremos tener una Abengoa Yield más independiente, al mismo tiempo que se beneficia aún más del patrocinio de Abengoa. Adicionalmente, queremos traer a ‘greenfield’ a un selecto grupo de socios inversores de primera línea para continuar con los veinte años de trayectoria exitosa en el desarrollo de proyectos de infraestructura en energía y agua en geografías estratégicas", añadió.
La compañía mantendrá el control de su filial, que es una de sus principales fuentes de crecimiento, pero con la ayuda de nuevos socios externos para seguir invirtiendo en proyectos que ofrezcan alto rendimiento, pero sin la necesidad de grandes inversiones que la obligue a aumentar su deuda.
Desde los mínimos de noviembre cuando las acciones de la compañía perdieron la mitad de su cotización en dos días, hasta los 1,5 euros por acción, ha recuperado un 38%.