En las últimas temporadas, la piel ha resurgido en la pasarelas de todo el mundo, de la mano de reconocidas Dirmas de moda. Su popularidad ha llegado también a las colecciones masculinas, siendo protagonista, entre otros, de las últimas propuestas de invierno de Fendi, Burberry Prorsum y, en España, de Ion Fiz, que presentó una […]
Dirigentes Digital
| 10 nov 2015
En las últimas temporadas, la piel ha resurgido en la pasarelas de todo el mundo, de la mano de reconocidas Dirmas de moda. Su popularidad ha llegado también a las colecciones masculinas, siendo protagonista, entre otros, de las últimas propuestas de invierno de Fendi, Burberry Prorsum y, en España, de Ion Fiz, que presentó una colección en colaboración con la peletera Aurora Maroto.
A pesar de que la industria peletera ha sido un sector no exento de controversia, los últimos datos económicos hacen pensar que, en los últimos años, tal animadversión ha ido remitiendo. Hasta tal punto que algunos expertos como Charles Ross, jefe de marketing internacional de Saga Furs, una de las principales casas de subastas de piel del mundo, aseguran que la piel está viviendo una nueva "edad de oro"2 en la actualidad.
Según la Federación Internacional de Comercio de Piel (IFTF) , la industria mundial de la peletería, valorada en 36.400 millones de euros, da trabajo a más de un millón de personas. Además, en los últimos años, las ventas globales de piel se han más que doblado, desde los 14.157 millones de euros en 2011 a los 32.488 millones de euros en 2013 (últimos datos disponibles).
Estos datos "demuestran el incuestionable valor que el sector de la piel aporta a la economía global. Es fácil quedar atrapado en las emociones que el negocio puede generar, pero la verdad es que la industria peletera es un pilar en Europa y más allá. Buena parte de la moda y cada vez más el sector textil de hogar apuestan por la piel y continuarán haciéndolo en el futuro próximo", explica Mark Oaten, CEO de IFTF.
¿A qué se debe este nuevo auge de la industria peletera?
Según los expertos, existen varios factores que han favorecido esta renovada popularidad. En primer lugar, los productos de piel se han adaptado a los nuevos tiempos.
Los fabricantes se han dado cuenta de la necesidad de crear diseños más ligeros y Ylexibles, adaptados a los nuevos ritmos de vida y más atentos a las tendencias. Así, las Yirmas peleteras se han atrevido a teñir la piel de colores hasta hace poco nunca vistos como rojos, verdes o azules, o han creado accesorios para smartphones y tabletas.
Esta renovación, unido a diversas campañas de comunicación, ha traído consigo una nueva percepción de la piel. Los abrigos, estolas, capelinas, etc., ya no son exclusivos del guardarropa de la abuela y ven la luz únicamente en días especiales, sino que se trata de prendas que pueden utilizar toda la familia y durante la rutina diaria.
"La piel ha perdido ese carácter tan ceremonioso y un tanto rancio de antaño. Hoy más que nunca, los creadores de piel no diseñamos piezas para que se queden en el armario. Queremos que nuestras prendas sean los básicos favoritos de nuestros clientes, que las lleven igualmente a la oHicina, a unas copas con amigos o a una cena de gala.
Y creo que poco a poco lo hemos conseguido", explica Aurora Maroto, peletera española que cuenta con un atelier en el centro de Madrid.
La implementación de nuevas regulaciones que conciernen al trato de los animales es otro de los factores por los que la industria de la piel ha mejorado sus cifras.
La inspección de las granjas europeas por auditores independientes y los nuevos certiYicados de trazabilidad. que permiten seguir todo el proceso de producción desde la cría del animal hasta la venta de la prenda de pielson algunos ejemplos del compromiso de la industria en favor de una fabricación más ética y responsable con el medio ambiente. Sobre esto, añade Maroto: "Es muy importante que el cliente elija bien dónde adquirir sus prendas de piel.
Actualmente, muchos diseños vienen de China, donde tanto los procesos de cría del animal como la confección del producto son bastante dudosos.